Se podía sentir un agradable olor café en el aire, en el ambienté se podía percibir una enorme paz, y es que el tener esta sensación no era algo con lo cual el joven psíquico podía contar en su vida diaria, así que decidió disfrutar de la sensación mientras este sentía que se encontraba en lo que él pensaba que era una nube cálida, por desgracia esa paz se vio interrumpida por un pensamiento para nada tranquilo.
-Cuanto tiempo piensas seguir en la cama de mi mama, le quitas su aroma- el joven peli-rosa volteo hacia la dirección de la voz, encontrando un enorme perro negro lleno de arrugas.
-Pero que...- el tener semejante imagen delante de le, el joven peli-rosa solo atino a arrinconarse hasta chocar a la pared que estaba cerca de la cama- que estás haciendo en mi cas...un momento donde estoy.
-Eso importa, salte de la cama de mi madre, la apestas- pese a tener un aspecto imponente el psíquico trato de encontrar el dueño de la casa y como este había llegado en ese lugar.
Por desgracia para el joven psíquico la mente del perro solo estaba concentrada en hallar la forma de sacarlo de la cama de su madre, sin arruinar o desordenar esta junto al cuarto. Mientras el joven cabello rosa seguía indagando en la mente del animal, este solo seguía viendo fijamente a los ojos de aquel desgraciado que osaba quitar el aroma tan dulce de su dueña, remplazándolo con uno que a su criterio era desagradable, el perro estuvo a nada de tirarse encima del joven y este a nada de noquear o espantar al animal, sino fuera porque el aroma a café que percibió de primera estancia el psíquico, se estuviera intensificando junto con el ruido de unos pasos, provocando que el peli-rosa temiera lo peor al no haber previsto quien entraría por aquella puerta.
-Oh...ya despertaste- la joven dueña del canino hizo acto de presencia con una bandeja en la cual se encontraba un café negro y el dulce favorito de este, una gelatina de café perfectamente hecha- mira antes de que intentes algo...no, no te secuestre, te desmallaste enfrente de mi trabajo y Chisato me convención en traerte aquí ya que no sabíamos dónde era tu casa, así que agradécele a ella por no permitirme haberte dejado tirado en medio de la calle con sangre en la nariz- y si la joven conto todo sin pelo en la lengua, después de todo porque darle vueltas a un asunto si podía ahorrarse molestias.
-Estoy... en tu casa- el psíquico trato de decirle esto a la joven que estaba dejando la bandeja en una mesita de noche que se encontraba al costado de la cama, pero al no ver respuesta se irrito.
Mientras tanto la joven era ajena a la mirada molesta del inesperado visitante, aun se preguntaba porque era tan débil y accesible ante su amiga de anteojos, se hubiera ahorrado muchas molestias si solo lo hubiera dejado tirado o lo botaba por algún barranco, después de todo se suponía que este era casi un dios, pero no, acepto todo lo que la peli-roja le pidió y mientras esta velaba por la salud de su objetivo, su amiga se había ido a averiguar la residencia o algún numero para poder llevar al niño y es que seguramente seguiría reclamando en su mente si no fuera porque volteo a dirección del niño, ya que podía sentir la mirada de este sobre ella, solo para encontrarse con la mirada irritada de este.
-Qué bonito se indignó el nene- ella lo juraba, en ese momento se le hizo muy tentadora la idea de tirar a Saiki por la ventana, pero solo suspiro y analizo el porqué de su cara...hasta que unió los cabos- estas tratando de hablar conmigo verdad.
-El psíquico solo logro hacer una cara de molestia más grande, se sentía humillado por el hecho de que la joven estuviera riendo al ver como este se esforzaba en comunicarse con ella por medio de su mente- si...- este creía que por fin podrían hablar como personas civilizadas...pero parecía que la joven tenía como hobbie el molestarlo, ya que lo único que recibió de su parte fue una sonora carcajada.
-Oh vamos Kusuo- rápidamente la joven empujo al pisquito en su cama, colocándose encima de este sin darle oportunidad de reaccionar ante lo que la joven había hecho- te recuerdo que yo prefiero escuchar tu voz~-los labios de la joven se acercaron de sobre manera a la oreja izquierda del peli-rosa, mientras sus manos desnudas sostenían las muñecas de este.
El joven peli-rosa se encontraba en shock, el tener cerca a la joven le provocaba descargas por todo su cuerpo, este solo se podía concentrar en su voz, el olor de su cabello y lo cálida y suave que era la poca piel de la joven que había podido sentir. Por primera vez en su vida el peli-rosa no sabía qué hacer, la parte racional de este le pedía a gritos apartar a la joven de él, pero una pequeña parte solo quería seguir sintiendo el calor y paz que le producía la joven, quería seguir olfateando aquel aroma a chocolate que su cabello producía. Pero la vida nunca le dejaba un momento en paz a Saiki, siempre encontraba un suceso o sujeto que le interrumpiera todo lo que le produjera paz o tranquilidad.
-Ya llegue!!!- la voz de la amiga de la dueña de la casa se presentó.
La peli-negra no perdió el tiempo y libero al joven de cabello rosa, se apresuró a levantarse de forma rápida para después depositarse a un lado de la cama e indicarle al joven psíquico con una seña, que guardara silencio, esto solo provoco que el leve sonrojo que este tenía se expandiera hasta ocupar todas sus mejillas.
-Solo por esta vez te dejare comunicarte por este medio- esta volvió acercarse al joven reduciendo la distancia de sus rostros- siéntete afortunado Saiki- después de todo esto la joven se dirigió hacia la puerta de la habitación, para poder recibir a su amiga- hola chisato...
Mientras tanto Saiki se encontraba sobre la cama de la joven causante del sonrojo que este tenía, la vida era demasiado cruel con él, después de todo este solo quería una vida lo más normal posible y los sentimientos que la joven empezaba a producirle no estaban en sus planes, porque no estaba remotamente planeado el sentirse atraído por alguien, tal vez en el pasado había anhelado una relación como la que tenían sus padres, pero en la actualidad esa idea la había desechado por el simple hecho de que todas su habilidades le harían el tener pareja algo complicado.
-Yare yare, tal vez solo me estoy apresurando...lo mejor será regresar a casa- el joven psíquico se decidió a levantarse e irse...claro que fue detenido por la tentadora bandeja que le fue dejada en una mesita cerca de la cama de la peli-negra- tal vez pueda llegar un poco tarde.
ESTÁS LEYENDO
HASTA QUE TU MUERTE NOS SEPARE
Fanfiction-Dime cómo te llamas-le pregunto el niño de cabellos rosas. -No lo sé...nunca me han dado un nombre- le respondió la niña vestida de harapos. El joven solo se dedicaba a ver a la joven, a simple vista la podría confundirla con una muñeca de porcelan...