Capítulo 23: Auxilio y Abrupta bienvenida

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-¡Un médico por favor!-sosteniendo a Fluke en brazos.

-¿Qué pasó?-viendo a su paciente- ¿Sr. Natouch?

-No lo sé... simplemente sintió mucho dolor... por favor haga algo.

-¡Rápido, llevémoslo a exploración de inmediato... el bebé puede estar sufriendo!-decía el médico a su equipo.




Esperando en la sala del hospital, Ohm deambulaba de un lado a otro, no dejaba de ver constantemente a la puerta esperando las noticias del médico, parecía desesperado, no quería ver sufrir a su querido Noo y mucho menos que algo malo le pasara a su hijo.

-Por favor que no sea nada serio- cerrando los ojos, de pronto ve salir al médico con una cara de no muy buenas noticias -¿Qué está pasando?

-Al parecer la placenta se ha desprendido, hemos monitoreado su ritmo cardiaco y está disminuyendo, si no nos damos prisa su hijo puede morir-provocando que Ohm palideciera- Logramos controlar el sangrado, pero el Sr. Natouch está muy débil no sé cuanto pueda resistir.

-¿Qué está diciendo, doctor?

-Si no nos damos prisa, podemos perderlos a los dos.

-¡Eso no!- tomando al doctor de la bata- ¡No quiero perderlos!





Horas más tarde, el médico aun no salía, toda la familia llegó de inmediato a Chiang Mai, luego de que Ohm les avisara.

-¿Alguna noticia, hijo?- decía Max.

-Nada papá... las horas se me hacen eternas.

-¿El médico no notó esto en sus revisiones?

-Dice que fue abrupto, por Dios... mientras veníamos para acá lo empezaba a ver muy pálido... me pidió traerlo al hospital...

-¡Los odia!- dijeron todos al unísono.

-Si algo les pasa, no se que voy a hacer- decía Ohm abrazando a Tul.

-Tranquilo Ohm... verás que todo estará bien- viendo a un médico acercárse a ellos- Ohm...

-¿Cómo están?

-Estables... pero aún no están fuera de peligro- decía el médico.

-¿Qué tan grave es?-preguntaba Boun, que no soltaba la mano de Prem.

-Su hijo está en incubadora, pero es fuerte...

-¿Y mi Noo?- aclarando su garganta- Fluke...

-Hay que tenerlo en observación, perdió sangre y está muy debilitado.

-Pero está bien ¿verdad?-preguntaba Ohm con nerviosismo.

-Como le dije, ambos están estables, pero aún no están fuera de peligro.

-¿Puedo verlos?

-Sígame- decía el médico que había llamado a una enfermera.





En la sala de cuidados intensivos neonatales, Ohm no podía apartar la vista del pequeño que se encontraba en la incubadora, su piel era tan blanca como la de su Noo y su cabello tan negro como el suyo, tenía curiosidad si también tenía sus ojos o los de Fluke.

Pasión escondidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora