The Hidden Senju 隠された

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𝕬 𝖑𝖔𝖘 17
17歳で

Tres años le había llevado a Kirai eliminar casi todas las amenazas al clan Akaiho, también se ocupo de amenazas a diferentes personas, no era algo que le hubiese gustado matar, se sentía una persona horrible, sin embargo, todo lo estaba haciendo para preservar a Akane, su abuela.

Ese día era especialmente triste, pero también, le daba a Kirai una sensación extraña.

Entró al territorio a paso tranquilo, tocó la puerta de la casa principal con fuerza, esperó hasta que Akira abrió, tenía una sonrisa con cierto orgullo plasmado en la cara.

—Mi pequeña... Al fin terminaste y mira que te ves más-

—Cumple tu promesa, Akane se va conmigo.

—¿No quieres conocer a tu hermano menor?

La rubia dudo unos segundos, dejó de hacerlo cuando vio un niño similar a ella bajar por las pequeñas escaleras, permaneció pegado a la pared.

Su estómago se revolvió al ver los moretones que tenía en su brazo.

—Su nombre es Akuma, Akuma, ella es Kirai, tu hermana menor.

Los ojos del rubio reflejaban una súplica silenciosa hacia la mayor, ella no demostró nada, no quería delatarlo.

—Mucho gusto, Akuma.

—Igualmente, Kirai.

—Que lindos.

—¿Donde esta la abuela?

Akuma podía estar asustado, pero aún así se armo de valor y corrió hacia la rubia, por poco Akira logra tomarlo del brazo pero lo esquivó y tomó a la mayor de la mano, esta, sabiendo que él vivia la misma situación que ella cuando era más pequeña lo tomó en brazos y aceleró con chakra.

Entró de golpe en la casa de su abuela, cerró la puerta tras de si, hizo un sello y la puerta se cubrió de madera, corrió y busco a la anciana, cuando la encontró, se quedó estática.

Akuma estaba llorando, él ya sabía lo que había pasado.

—Akira-sama... Él... Mató a la abuela...

Kirai observo la sangre seca sobre el cuello de Akane, ella lucia llena de paz al contrario de su nieta.

—Quedate aquí.

—P-pero...

Lo bajó, limpio las lágrimas del menor.

—Te iras conmigo, pero antes voy a encargarme de algo ¿Si?— le sonrió depositando un beso sobre su frente —Volveré en menos de lo que esperas.

—Por favor... Vuelve a salvo.

—Lo haré.

Se levantó y salió de la habitación, cerrando tras de si, hizo un sello, la madera rodeo toda la habitación reforzando todo el lugar para que nadie además de ella entrará.

La rubia sacó su katana y con expresión sombría salió de la casa, se dirigió a la casa principal, frente a ella, estaba Akira.

—¿No te dije antes que tu debilidad son los sentimientos? Fuiste realmente estúpida al confiar en que no la dañariamos, solo era una vieja, lo que es igual a estorbo.

El mayor por un segundo dudo en enfrentarse a ella, pero no demostraría su miedo.

—¿Estas seguro de eso?— comenzó a caminar hacia él con lentitud.