The Hidden Senju 隠された

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𝕽𝖊𝖈𝖚𝖊𝖗𝖉𝖔𝖘 𝖊𝖓𝖋𝖗𝖆𝖘𝖈𝖆𝖉𝖔𝖘
飲み込まれた思い出

El día del cumpleaños de Sasuke, sus dos amigos más cercanos y su sensei fueron invitados a una cena en su casa, Kirai lo había apoyado para preparar la comida, lamentablemente, un problema surgió cuando a la Senju se le ocurrió decir "Te quiero, Sasu"

—¡Pero es que no es cierto! De la nada comenzaste a quererme, cuando siempre que te quiero apoyar, te alejas de mi, me dejas de lado, además, maldita sea, siempre estás pensando en Naruto ¡Por favor, Kira, he estado esforzándome para ganarme tu amor! ¡Aun así, tu sigues enamorada de él!

—Sasuke, cálmate.

—¿Que tengo que hacer para que me ames como a él? ¿O es que es tan asqueroso estar conmigo? ¿Quieres que te lo pida de rodillas?

—Sasu, por favor, para... Te he dicho que será complicado, es realmente difícil para mí, intento sacarlo de mi cabeza, pero no puedo...

—Kirai...

La rubia se acercó a Sasuke y lo abrazó.

—Sasuke... Yo no miento al decir que te quiero, eres muy importante para mí... —se separó de él y lo tomo de las mejillas —Nada en ti me resulta asqueroso, al contrario, es agradable y me gus-

Los labios del más alto chocaron contra los de la rubia, ella no se movió, permitió que la besara y puso ambas manos sobre sus hombros.

Se escucho un carraspeo, ambos se separaron.

Kakashi, Naruto y Sakura estaban ahí, los dos menores tenían una expresión de incomodidad.

—Hola, chicos.

...

Al día siguiente, Kirai estaba fuera de la aldea, se le había asignado una nueva misión, en parte, había sido obra de Tsunade, ella quería que le trajera licor de esa aldea y ella no tenía problema con ello pues era divertido salir de Konoha de vez en cuando.

—Buenas tardes

La pagó y la guardo en su mochila a manera de que no se moviera y que no se fuera a romper, bajo la mirada unos segundos, la alzó cuando sintió que alguien la observaba.

Se quedó helada.

—Pequeña Kirai... Que gusto volver a verte...

Era extraño, Kirai siempre habia tenido un gran cariño por su madre y padre, pero tal parecía que ellos hacía ella no.

Solía refugiarse en casa de sus abuelos luego de terminar llena de moretones por el entrenamiento y su madre.

—Abuelo... —entró tímidamente y observo que el mayor estaba recostado en la cama, conversaba con su madre junto a su abuela, por lo tanto se quedó estática pegada a la pared.

—Pequeña Rei— Yuukio, su abuelo, sonrió y movió su mano en señal para que se acercara.

—Su nombre es Kirai— corrigió Makoto, la madre de la menor.

—No, ese nombre no le queda— replicó el mayor —Así que Akane y yo siempre le llamaremos Rei.

La mujer frunció el ceño, pero no dijo nada más.

—Ven aquí, pequeña.

La rubia camino hacia el mayor, con sus dos manitas tomó la que el mayor le ofrecía.