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𝖑𝖎𝖗𝖎𝖔𝖘
ゆり







Kirai se sentía realmente mal de solo pensar en lo que había hecho, pero Naruto se había asegurado de insistir que no era su culpa.

Sasuke había salido de la casa hecho una furia y Sakura le había seguido buscando que se calmara, claramente no lo había logrado.

Tsunade observo la expresión de su hija, sus ojos se veían tan vacíos como la primera vez que la vio.

Le dolía pensar por lo que había pasado esos años.

—Kirai —le llamo Tsunade.

La rubia menor volteo y la miró.

—¿Si?

—Ven —le pidió.

La ojiazul dudo un par de segundos pero obedeció, se sentó en el mismo sillón de la Senju, pero a un lado.

Tsunade la jaló y la abrazo con cuidado.

—Lo siento —murmuró la actual Hokage —Siempre supe que Akira podría volver a buscar a su hija, pero con el tiempo... Creí que de verdad todo podría permanecer igual, tú, yo, Shizune... Debí buscarte aun mejor, pero dude de revisar en el clan Akaiho por que pensé que era el último lugar donde estarías y yo... No quería ver si quiera a esos bastardos.

—No ha sido su culpa —susurro Kirai en respuesta, no quería llorar, su fisura de chakra podría volver a abrirse —Fue mía... Confíe en que podría salvar a la abuela sin ayuda y no quise buscarlos.

Kirai intento alejarse, pero Tsunade no pretendía dejarla, la abrazo con más fuerza y la hizo que se recargara de ella.

—No te culpes ¿Si? Has hecho todo lo que tenías en tus manos para salvar a tu abuela por que la amabas mucho, no fue tu culpa que Akira y Makoto no cumplieran con su parte del trato y... Y tú actuaste para que ellos dos no fueran tras ustedes y condenaran a Akuma a una vida de sufrimiento —dijo la ojimiel completamente segura, por que así era —Por qué si tu no los hubieses detenido, habrían llegado a cometer cosas aún peores.

Kirai estaba temblando, estaba conteniendo las lágrimas.

—No tienes que soportar algo así de nuevo, mi pequeña, mamá está aquí para ti ahora.

Y con esa simple frase, Kirai rompió en llanto, esta vez, rodeo a Tsunade abrazándola.

Los sollozos que soltaba provocaron que el nudo en la garganta de Tsunade no hiciera más que crecer, finalmente, no pudo evitar llorar junto a su hija.

Cuánto la había extrañado.










...










Sasuke no estaba enfadado.

Admitía que al inicio si lo había estado, pero ahora, solo sentía la traición de parte de sí mismo para él mismo.

La mujer que había amado desde años atrás había actuado para romper la promesa que los mantenía unidos de manera tan íntima.

No le tenía rencor, no la odiaba por ello y mucho menos podría estar enojado con ella aún si quería estarlo, por que su corazón latía emocionado solo de pensar en que si deseaba verla, podría hacerlo.

En qué si así lo deseaba, podría besarla como hace tanto no lo hacía.

Anhelaba el toque cálido que solo Kirai podía darle, su suave piel, el suave y dulce olor que siempre llevaba consigo.

The Hidden Senju 隠されたDonde viven las historias. Descúbrelo ahora