The Hidden Senju 隠された

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木の葉
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Había pasado aproximadamente un año desde la llegada de Kirai, ella se sentía realmente feliz y había comenzado a ser un poco más expresiva, incluso habían adoptado un pequeño cerdito que habían nombrado "Tonton"

Tsunade había pensado en llevarla a Konoha, permanecer ahí una semana y volver a las apuestas, quería buscar algunas de sus cosas que había dejado en su antiguo hogar, la época de frío ya estaba presente y apenas tenian abrigos.

Emprendieron camino un Lunes por la mañana, Kirai acostumbraba a levantarse con el sol, eso en parte le era benéfico a las dos mayores, pero resultaba algo extraño que ella se levantara a veces incluso más temprano que ellas.

Les tomó unas horas llegar a Konoha, pasaron por la gran puerta, Kirai observo asombrada cada detalle, era realmente interesante aquella aldea.

—¿Que quieres hacer primero, Kira?— cuestionó Tsunade.

—¿Comer?

—Comeremos.

—Después yo puedo... ¿Puedo explorar la aldea?— preguntó la menor con timidez.

—Si, esta bien, pero no iras tan lejos de donde nos quedaremos ¿De acuerdo?

—Si.

Entraron y algunas personas saludaban a la Senju mayor con respeto, Kirai iba de la mano de la rubia, pero parecía querer ocultarse ante las miradas que le daban.

—¿Que comeremos?— preguntó Shizune acariciando a Tonton.

—Pensé en ramen, a Kirai le gusta.

Shizune se enternecio, Tsunade se había vuelto más blanda con respecto a Kirai, siempre buscaba su bienestar y cuidaba de su aspecto.

—Esta bien.

Entraron al puesto y saludaron, una vez sentadas, Kirai observo a su alrededor topandose con un par de orbes azules, de inmediato, aquel pequeño rubio apartó la mirada, llevaba apenas una camiseta y una chaqueta delgada.

—¿Puedo salir?— preguntó la rubia menor.

—Mhm— Tsunade había respondido con un sonido afirmativo.

La Senju menor bajó de la banca y salió del puesto, aquel niño rubio estaba caminando hacia otro lado, corrió hacia él mientras se sacaba aquella bufanda roja.

—¡Oye!

El rubio se detuvo confundido cuando la mano de Kirai se posó en su hombro.

—¿Que sucede?— el rubio volteó y se dio cuenta de que era la niña de Ichiraku.

Kirai se acercó y puso la bufanda alrededor del cuello del niño sin preguntar.

—Hace frío, deberías abrigarte un poco más.

—¿Me la estás regalando 'ttebayo?

La Senju asintió.

—Por supuesto— le sonrió —¿Estas bien? Vi que estabas afuera del puesto de ramen.

Y como si lo hubiesen hecho a propósito, el estómago de Naruto sonó.

—¿Como te llamas? Yo soy Kirai.

—Yo soy Naruto 'ttebayo.

—¿Y tus papás?

La mirada del rubio entristeció.