The Hidden Senju 隠された

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𝕽𝖊𝖊𝖓𝖈𝖚𝖊𝖓𝖙𝖗𝖔
再会

Kirai entro de vuelta a la casa un rato después, se encargo de lavar la sangre de su cuerpo con agua de la lluvia, deshizo el jutsu y en cuanto la madera cedió, su hermano menor salió corriendo y la abrazó, de nuevo estaba llorando.

—Cálmate, Kuma— se acuclillo y comenzó a limpiar las lágrimas del menor —Mira, acabas de humedecer tu ropa por abrazarme... Vamos a secarte.

—¿Que sucedió?

El silencio reino por unos segundos.

—Akira no volverá a molestarte, Makoto tampoco...

—Gracias...

—Esperaremos a que pare la lluvia y... Vamos a buscar un lugar bonito para que la abuela descanse ¿De acuerdo?

—Si.

Kirai cerró la puerta tras de si, entró a la casa y observo el entorno.

No había cambiado nada, la pequeña figura de arcilla que ella le había regalado cuando era más pequeña, seguía sobre la pequeña chimenea, su hermano menor estaba sentado frente al fuego que él había encendido recién.

—Tu también te ocultaba de Akira en este lugar ¿No?

—Si... La abuela siempre cuido de mi— murmuró el rubio.

—El mundo no merecía a la abuela...

...

Akuma se aferro a Kirai con semblante preocupado.

Cada vez se veía más pálida, él menor sabía que algo malo sucedía y que su hermana mayor no quería alterarlo, intentó sólo observar la tumba de Akane, luego de que la lluvia se calmara y encontrarán lo necesario para salir, ambos habían encontrado un lugar bonito, justo en medio de un pequeño espacio lleno de árboles repletos de flor de cerezo.

La caída de las flores resultaba agradable a la vista, ambos lo hubiesen disfrutado, si no estuvieran siendo atormentados por sus propios asuntos.

—Vámonos, Kuma— murmuró Kirai.

—Si.

Lo tomó de la mano y ella comenzó a caminar llevándolo a su lado.

—¿Estas bien de verdad?— preguntó el niño.

—Si... Solo necesito descansar.

—Conozco un lugar cerca de aquí, es una cueva.

—¿Donde?

Señaló más adelante.

—Estuve buscando una oportunidad para escapar, así que busque algunos mapas y los memorice, si no mal recuerdo, debemos girar en 137 metros a la izquierda, recorrer 37 metros en esa dirección para luego bajar por el pequeño arroyo y a diez metros estará la cueva— pensó unos segundos —Nos llevara cerca de cuarenta y cinco minutos.

—Entiendo.

Caminaron a paso tranquilo, Kirai se dio cuenta de que Akuma parecía algo cansado, por lo tanto lo tomó en brazos.

—Espera, nee-san, no, estas cansada y yo-

—Esta bien— le sonrió y lo acomodó mejor —Eres ligero, no hay problema.

Kirai tardó cerca de cuarenta minutos más en bajar al rubio menor, su nariz había comenzado a sangrar de nuevo así que se detuvieron, se sentía mareada por la fuga de chakra que de nuevo había comenzado a soltarlo.