El amor es invisible, entra y sale por donde quiere, sin que nadie le pida cuentas de sus hechos, a su paso, solo de vez en cuando, deja problemas sin solución.
Senju Tobirama no había considerado el futuro de sus nietos, Uchiha Midara, hermana men...
Así era como Tsunade describiría a Kirai si se lo preguntaban, ella no era de asombrarse con facilidad, pero la pequeña bajo su cargo jamás dejaba de darle sorpresas.
Llevaba un buen avance, Kirai parecía prometedora, pues tenía una capacidad de retención de información impresionante y sus habilidades eran bastante buenas.
Entendía que el entrenamiento de Akira era difícil y realmente estricto, pero se había percatado de que era duro a tal grado que su entrenamiento era suave en comparación al de aquel hombre.
La rubia salto sobre la rama del árbol, Kirai estaba frente a ella, pero no tardó en saltar en su dirección.
Con un solo brazo, la Senju mayor la envió directo a un árbol, pero Kirai estaba preparada, en un movimiento rápido se volteo para volver a impulsarse, lo hizo y estuvo por golpear a Tsunade, pero ella la esquivo tomándola de los tobillos, con ello provocando que la ojiazul golpeara la rama del árbol, la lanzó contra el suelo, aun en el aire comenzó a lanzar algunos puñetazos que Kirai hacia el intento de desviar pues la fuerza de Tsunade era inmensa comparada a la suya, pero era realmente difícil.
No esperándoselo, Kirai la tomó del pie y la lanzó al suelo con fuerza, Tsunade cayó de pie, inmediatamente se preparó para el siguiente ataque de Kirai.
—¡Raiton: Densen!
Los hilos de electricidad fueron directo a Tsunade, pero aún le faltaba puntería a la menor por lo que fueron esquivados fácilmente, Kirai salto sobre la rama de un árbol.
—¡Suiton: Hahonryuu!
Kirai levantó su mano, sobre ella comenzó a acumularse una esfera de agua, no titubeó en lanzarla contra Tsunade, intentó esquivarlo pero sólo minimizó el daño del ataque de la menor.
—¡Paren!— chillo Shizune al ver que iban directo al pueblo.
Tsunade se detuvo, Kirai obedeció, se sentó en el árbol.
—¿Que sucede, Shizune-san?
—Van en dirección al pueblo, si siguen hacia allá destruirán más— señaló toda el área destrozada.
Kirai bajo de un salto y sonrió a modo de disculpa.
—Lo siento, no me había fijado.
—Deberíamos seguir el camino ¿No creen? Si no lo hacemos llegaremos tarde a Konoha.
Kirai rascó su mejilla y Tsunade asintió.
—Tienes razón, deberíamos irnos, mañana Kira inicia la academia y no podemos llegar tarde.
Las dos rubias chocaron los puños con una sonrisa, comenzaron a caminar de nuevo por el camino ya marcado, en el recorrido desde el país de las aguas termales hasta Konoha, habían parado para entrenar, comer y dormir, estaban cerca de Konoha en un pueblo fronterizo.
Un hombre de cabello blanco sorprendió a Tsunade cuando lo vio.
—¿¡Jiraiya!?
—¡Tsunade!
—¿Que haces aquí?
Ambos se veían felices.
—¡Recién visite Konoha! ¿Tu que haces por acá? Creí que estarías apostando.
—Bueno, bueno, tengo algunas responsabilidades.
Se apartó y dejó ver a Kirai, ella parecía más interesada en un par de hojas largas.
—Niña.
La rubia menor se dio cuenta de que Tsunade quería que se presentará así que hizo una reverencia.
—Senju Kira, un gusto.
—Es bastante educada, no se parece a ti.
Tsunade le miró mal.
—Es mi hija.
Volteo a ver a la menor y palmeo su cabellera dorada.
—Mi nombre es Jiraiya, soy uno de sus ex compañeros de equipo y amigo de Tsunade, el sabio sapo del monte myoboku.
Kirai realizó una reverencia de noventa grados.
—Es un honor conocer a otro de los tres legendarios sannin, se de sus grandes habilidades.
—Ay, que cosas dices, no son tan grandiosas... Bueno si. — agitó su mano con una gran sonrisa.
Tsunade entorno los ojos, jalo a la menor para que se enderezara.
—La niña está por iniciar la academia ¿No?— cuestionó Jiraiya.
—Si, esta por iniciar sus estudios.
—Te deseo suerte, Kira-chan, si algún día necesitas ayuda en algo, puedes buscarme— alzó su pulgar.
—Se lo agradezco mucho— le sonrió.
—¿La entrenaste?— preguntó de nuevo el peliblanco.
—Si.
—¿Cual crees que es su nivel?
—Podría enfrentarme y sostener un combate por un largo rato.
—Impresionante...
—Ha sido un placer conocerlo, Jiraiya-sama, pero mamá, yo y Shizune-san queremos llegar a Konoha, mañana tengo mi primer día de clases y aun no consigo mis libros.
El mayor asintió con una sonrisa divertida.
—Claro, claro, suerte— agitó la mano hacia las tres.
—¡Gracias!
...
Kirai observo a su alrededor, había muchos niños, pero todos parecían tener un amigo para hablar.
Excepto uno, se dio cuenta de que Naruto estaba solo, recién había acabado la ceremonia de bienvenida, Tsunade la había acompañado y luego de eso, se había ido, no sin antes recibir algunos elogios sobre su parecido con Kirai y algunos comentarios como "Apuesto que su hija lo hará tan bien como usted"
Cuando entraron al salón, Kirai no dudo en sentarse al lado de Naruto, lo saludo y el rubio correspondió emocionado de verla.
—¡Creí que no vendrías 'ttebayo!
—Estudiaré contigo— hablo sonriendo.
—¡Eso es genial!
Sasuke se sentó a su lado, al lado derecho de Kirai sin prestar atención, ni siquiera preguntó si podía, pero lo había hecho solo por que la conocía de aquella tienda y los demás no le agradaba mucho.
La rubia permaneció en silencio, miró de reojo al Uchiha, este hizo lo mismo.
—¡Buenos días! ¡Bienvenidos a la academia ninja de Konoha! Mi nombre es Umino Iruka, pueden llamarme Iruka-sensei, yo les enseñaré a partir de hoy algunas técnicas ninja, sobre nuestra historia y más.
El resto de la clase, Kirai permaneció tranquila, prestando atención a las pocas cosas que no había escuchado de Tsunade.
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