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Observo, los carros pasar a través del gran ventanal del bus, me encuentro camino a casa de una de las hermanas de mi mamá. Mi tía. No recuerdo la última vez que la vi, compuesta con dos hijos en el patrimonio.

La vida está llena de cosas y momentos maravillosos, hace unos días me encontraba corriendo de un lado a otro ayudando a mi madre en el restaurante que dejo mi padre, como toda tarde luego de salir del mis clases intensivas de danza, y hoy por hoy estoy a nada de llegar a la capital en busca de un sueño. Ser psicóloga, carrera que siempre amo mi papá, pero que nunca pudo estudiar por ser de bajos recursos.

Trabajó duró, se superó como persona, pero la vida no le duro lo suficiente y se lo llevo antes de tiempo. Pero dejo una semilla, que pondrá todas sus ganas y cumplirá el sueño de ambos. 

Cuando bajo del bus tengo a la tía Nora en primera fila junto a su esposo, a penas paso la valla y los tengo encima abrazándome —¿Cómo estuvo el viaje hija?

—Agotador la verdad, las paradas fueron una tortura, de todo corazón les agradezco lo que están haciendo por mi mamá y por mí.

 —¿Que son esas cosas, niña?—me sonríe— Nada de agradecer, nosotros complacido de tenerte. 

 —Espero no molestar—suelto apenada. 

 —Deja de decir esas cosas, o seré yo la que te mande de vuelta a casa.

— Gracias tía— me lanzo a sus brazos nuevamente, había olvidado lo dulce que podría ser.

La última vez que visite la casa de mis tíos, era tan solo una niña, no era para nada lo que es ahora, solo contaba con dos piezas, hoy en día es una mansión con piscina incluida, sigo a la tía escaleras arriba hasta que llegamos al final de un pasillo

—Ok hija, este será tu cuarto, espero haberlo decorado bien.

—Está perfecto, gracias.

—Bueno, te dejo para que te familiarices con él, iré con tu tío a la tienda, te quedas en tu casa.

A provecho el tiempo, ordeno mi ropa y calzados en el armario, miro por la ventana, tiene una vista preciosa, las demás viviendas se encuentra algo retiradas, ya que todas cuentan con propiedades grandes, observo el cuarto es pequeño, pero cómodo, me recuerda al mío.

 Recuerdo a mi mamá nunca, nos hemos separado, siempre hemos sido nosotras dos contra el mundo, el hecho de que por la noche estará sola me inquieta. Decido bajar al jardín, en el pasillo me encuentro con una señora de unos 40 años, me saluda con una sonrisa, la cual le devuelvo. 

—¿Se le ofrece algo, señorita?

 —No gracias, aparte de nosotras, ¿alguien más? ¿Mis primos donde están? 

 —Señorita, solo nosotras, el Sr. y el Sr. salieron.

—¿Y mis primos?—vuelvo a preguntar. 

 —La joven Karla está de campamento, llega entre dos semanas, y el joven Jorge en su práctica de baloncesto.

—Ok, gracias—asiente y desaparece en un pasillo, pasando por la lujosa cocina termino en la parte de atrás de esta, el exquisito aroma de los pinos llenan mis pulmones, la casa enorme casa se encuentra rodeada de estos, dándole ese aire de pulcritud y elegancia. 

Una hora más tarde me encuentro observando la enorme piscina mientras reposo mis pies en el agua. El ruido desde en interior de la casa como si de un ejército se tratase hacen que me vuelva para mirar. 

 Encontrándome con dos chicos, los cuales se quedan paralizados en la puerta al verme, dicen algunas que otras cosas, las cuales no logro escuchar debido a la distancia, pero claramente hablan de mí.

— Bro, mi mamá y mi papá no se encuentran, ¿qu... qué pasa?— este sigue la mirada de los dos chicos y se encuentra conmigo, me observa por un largo tiempo y cuando va a articular palabra, la tía Nora aparece.

—Bienvenido a casa, hijo mío—besa la mejilla del chico que entro de último— Liliana, cariño ven, necesito que mires lo que compre para ti.

Sin protestar saco mis pies de la piscina, y me encamino al interior de la casa pasando por donde están los tres chicos, haciéndome sentir pequeña, debido a su gran altura, deben medir unos 1.90 cm sin hablar de su apariencia.

Antes de desaparecer en el pasillo, volteo a verlos y estos mantiene una exagerada conversación. Hacen movimientos con sus manos, mientras el que es mi primo, sonríe a lo que sea lo que estén debatiendo sus amigos.

Su mirada conecta con la mía y sin dejar de sonreír me guiña el ojo y los otros dos sueltan una carcajada. Mi rostro debe ser todo un poema.

estupidos...














PRIMER CAPITULO DE ESTA HISTORIA QUE DE LA NADA HIZO ACTO DE

PRESENCIA EN MI CABECITA LOCA

-espero criticas constructivas y edificadoras  

NOTA: cabe destacar que esto es un borrador, puedo tener errores ortográfico entre otras cosas, en cualquier momento todo serà corregido..... 

Gracias por leer💗

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