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avergonzada corro fuera del cuarto de jorge, no protesto cuando la tia me propone que la acompañe hacer la compra de la casa.

Todo sea por no verle la cara a Joel.

Me mantengo a una distancia prudente al lado de lola mientras la señora de la casa hace sus pedidos en la carnicería.

Luego de unas cuantas horas tenemos la maleta del auto repleta de todo lo necesario.

-Lola cariño, vuelve a casa me quedare con lili.

-Si señora..

En silencio la sigo hasta una cafeterita donde tomamos asiento aún lado de la ventana.

-Mi niña, tu madre a hablado conmigo, dice que te encuentra extraña, que vives haciéndole preguntas incoherente. Mi hermana esta preocupada por ti ¿Qué pasa?

-No pasa nada, no se por que dice eso. Le pregunto lo normal...

-¿Están las cosas bien con adam?-alcanza mi mano y las acuna junto a las de ella.

Ojalá el problema fuera Adam.

-Excelente, les prometo que no pasa nada-puedo notar lo cansada que estoy de mentir. Pero no me queda de otra.

-Lo que pasa con tu madre, es que no termina por entender que ya eres toda una mujer. Digamos que en parte yo la entiendo. el regreso de esa muchacha me tiene en una zozobra.

-Al parecer en muy famosa.. -hablo mas para mi que para ella.

-Créeme lo es...-deja caer sus hombros cansada-quise hacerle la guerra pero al hacerlo podría perder a mi hijo. Por eso no seguí oponiéndome a lo que sea que tienen. Si no puedes con tu enemigo, únete a el quien quita y cerca puedas obtener lo necesario para saber sobrellevarlo.

Volvemos a la casa en un taxi, Karla reposa en la piscina y me uno a ella sirviéndome agua.

-¿Como les fue?

-Bien...

Los mensajes de mi acosador no cesan pero uno en particular llama mi atención.

Esta noche el chico se enfrenta con el campeón de la región. Quiero que asistas como mi acompañante.

Las palabras de la tía retumba en mi cabeza como grandes bombas en explosión, tal vez si lo mantengo cerca podre encontrar una manera de idear un plan. sin pensarlo. Respondo, tengo una hora para alistarme.

debo batallar con las infinitas preguntas de karla hasta que termino por sacarla de mi espacio personal. Bajo las escaleras de dos en dos, y soltando el aire que llevo retenido me encamino por el largo sendero hasta encontrarme a mitad de la nada un auto y un hombre esperando por mi.

En el interior de este reposa el señor que me lleva mas de treinta años con una copa en su mano con su típica sonrisa descarada.

Sabe que me tiene entre sus manos en muy desgraciado.

Lleva su típico traje exageradamente perfecto.

Termina por ofrecerme una copa pero la rechazo tomando asiento al frente de el.

-No te voy a envenenar si es lo que crees hermosa liliana-se lleva la copa a los labios.

-Gracias pero no-mantengo mi negación.

-Si no lo has notado, te estoy dando tu espacio, te voy a cortejar como es debido, sin forzarte a nada.

-Espero tenga muchas esperanzas -soy sincera, no soporto ni que respiremos el mismo aire.

-El tiempo obrara a mi favor, solo estoy tomando en cuenta el consejo de mi sobrina.

-¿Qué consejo?-bajo un poco la ventanilla.

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