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Las manos entrelazadas de Joel y mi prima me llena de tanta nostalgia que debo pasar de ellos yendo a tres pies adelante.

Hemos ido a todas la recidencia anotadas en mi libreta.

Mi teléfono no a parado de sonar desde que salimos de casa, pero no me eh tomado la molestia en mirar quien llama.

—Buenas tarde, vengo por las residencias disponibles...

—Bienvenida, síganme por favor.

La chica nos guía hasta la segunda planta y para su buena suerte es la única que hasta ahora cumple mis expectativas.

Pequeña, bonita y cómoda. Perfecta para alguien que viviera sola.

—Los dejaré un momento a solas así se familiarizan con el lugar ¿Les parece?

—si, gracias...

La chica nos deja solo y mis acompañantes solo pueden observarme sin saber que hacer.

—¿Esta hermosa verdad?—asienten, pero a Karla de la nada se le empañan los ojos, al punto que debo ir a ella.

—No llores por favor, no quiero volver a llorar.

—Mejor las dejo a sola chicas...—agradezco lo empático que puede ser en ocasiones Joel.

Cuando por fin quedamos sola la chica se lanza a mis brazos sollozando.

—No quiero que te mude, se que eh estado algo ausente, pero prometo no estarlo más.  Está recidencia está los bastante retirada de la casa.

—No puedo seguir viviendo cerca de Jorge y Tory, siento que me volveré loca si permanezco más tiempo con ellos.

—No es justo que yo pagué las consecuencias de esos idiotas.

—lo sé pero es la única carta que tengo mi favor—la chica sonríe con tristeza mientras pasa sus dedos por mi cabello.

—A dónde sea que vallas, te seguiré y apoyaré porque eres mi hermana. Aunque sienta que me muera en éstos momentos—con una sonrisa lo bastante rota limpia sus lágrimas—¿Te gusta esta? Está lo suficientemente bonita.

—Si, me quedo con esta.

Pasada las ocho de la noche vuelvo a casa, los autos no están supongo que han salido, me despido de la pareja y armandome de valor termino por entrar.

Sin hacer ruido subo a mi cuarto y al ver la luz encendida en el cuarto de mi mamá; entro.

—Mamá...—me quedó sin habla cuando la cuento haciendo la maleta—¿Te vas, porque?

—Si cariño... ahora que estarás en una recidencia debo volver al restaurante, tenemos plata guardada pero no la suficiente.

—Lo menos que quiero es que trabajes de más por mi, yo podría trabajar aquí...—vasta que nombre eso para que me haga callar.

—No, lo menos que quiero es que descuides los estudios, además ya extraño mi casa.

—Ire a trabajar en vacaciones.

—Como quieras—me dejo caer en sobre la cama—pero sabes que no es necesario que lo hagas, pero conociendo lo terca que eres, lo haras. Solo no descuides la carrera—asiento.

—¿Dormimos justas?

—si cariño—deja caer la maleta al suelo y juntas nos metemos bajo las sábanas.

—Te voy a extrañar mamá.

—Y yo a ti cariño, sean las circunstancias que sean no te dejes humillar con nadie.

◆ FORBIDDEN ◆  [Borrador]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora