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Mi cabello se vuelve una maraña de hilos coser enredados, me lleva con el contra mi voluntad, mis gritos no le deben de molestar, el simplemente continua su camino bajo los murmullos de quiénes nos rodean.

Como si fuera de su propiedad, me lanza dentro de su auto como si de un saco de papa se tratase,  me quito los tacones y se los avientos con todas las intenciones de abrirle la cabeza en el intento.

¿quien se crees que es?

Sonríe a carcajadas a mis fallidos intentos, en un movimiento casi invisible amarra mis manos al cinturón de seguridad, se cerciora antes de rodear su auto y subir a mi lado.

Bajo mis insultos lo enciende y pisa el acelerador dejando un rastro de humo, tomando la vía principal a todo lo que le da el acelerador. Un momento dado me quedo en silencio. Una parte de mi salta de emoción pero la otra teme de lo mente fría que puede ser el chico a mi lado.

—Para el auto jorge—este sin mirarme aumenta la velocidad—¡PARA! 

Los autos pasan a nuestro lado como pequeños rayos, tiro de donde me tiene atada y estas no seden ni por lo mucho que lo intente.

—¡JORGE!—esta ves le grito mas fuerte logrando que me mire.

Rodeando los ojos pisa el freno dejándome fuera del asiento, me las apaño para volver al sitio. El chico se mantiene mirando un punto fijo sumido en sus pensamientos.

Los minutos pasan y permanecemos en silencio, vuelvo a tirar fallando nuevamente, las muñecas me arden, pero antes de que siga haciéndome daño, sin mirarme los dedos de jorge se posan sobre estos y me desatan, para luego abandona el auto. Para así propinárle un golpe seco al capo del auto sobresaltándome.

Bajo luego de un tiempo, me mantengo alejada, puedo notar lo frustrado que se encuentra, hasta que dándose la vuelta, por fin me mira a la cara.

—¿Algo que decir?—me cruzo de brazos—¿porque hiciste eso?

—¿Porque lo hice?—sonríe amargamente—porque me dio la gana, me importa una mierda lo que pueden pensar de mi esa cuerda de malnacidos.

—Bien por ti. Pero a mi si me importa mi reputación jorge.

—¿Que, te da vergüenza que salga todo a la luz? que todos sepan que me e metido entre tus piernas—un hormigueo recorre mi espalda. Por muy bruscas que Sean sus palabras me agradan en cierto punto.

—Dejame en paz—sin un punto fijo inicio a caminar, puedo escuchar como me llama pero simplemente lo ignoro, ya encontrare un taxi.

—Lili—lo oígo detrás de mi—liliana—Sin una pizca de interés continuo mi camino descalza. El suelo se encuentra frío. Tomando me del brazo me encara—¿porque simplemente no obedeces?

—¿porque no se me da la gana?—opto su actitud— ¿que pretendes? estoy cansada de esta constate montaña rusa.

—¡No se maldita sea!—me grita a la cara—simplemente no tolero a ningún hombre cerca de ti, que te hablen,  te miré. Que respire tu mismo aire.

—Estas loco—logro articular, pero no puedo evitar que mi corazón se agite—¿porque hiciste eso?—insisto como una loca enamorada.

—Todo es tu culpa.  No puedo mantener el control, me enerva a tal punto de hacer lo que acabo de hacer delante de todos—me vuelve a gritar—no me gusta que te miren como si fueses un pedazo de carne, y aun así  te expones ¿has visto lo que llevas puesto?

—Se perfectamente lo que llevo. No respondiste a mi pregunta.

—Muere decepcionada—dejo caer mis hombros, jamas dirá que le gusto—sube iremos a casa.

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