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—N-Namjoon.—hablé sorprendido

Sus ojos estaban más iluminados que de costumbre

—¡Hola, Jin!—sonrió

—Hola, ¿cómo estás?—cuestioné sentándome frente a él

—Bien, bien...—dijo Namjoon sonriente—, ¿y tú?—preguntó

—Bien, gracias.—respondí amablemente

Nunca había dialogado con él, parece ser buena persona.

—¿qué quieres tomar?—me preguntó dándome un menú

—Un capuccino, por favor.—sonreí

—En seguida.—habló con voz géntil

Oh, Kim Namjoon... ¿Estoy hablando con el... Padre?

—Te ves muy jóven, perdona el atrevimiento, pero, ¿qué edad tienes?—dije repentinamente captando su atención

—Tengo veintiún años, ¿y tú?—devolvió la pregunta

—tengo dieciocho.

Jóven... Tal lo refleja su piel tan bien cuidada

—traeré las bebidas, ya vuelvo.—habló retirándose de la mesa para llegar hasta la barra del café y pedir algo

¿Acaso que él estuviera aquí era la sorpresa? ¿Timmy quería que yo saliera con el Padre? ¿Timmy quiere que yo...

—disculpa la tardanza.—habló interrumpiendo mis libres pensamientos

—No te preocupes, Padre, está bien.—sonreí

Me pasó un vaso que contenía lo que deseaba en aquel momento, un capuccino calentito.

—Y bien..., Jin, ¿qué es lo que tanto te preocupa?—habló prestándome atención

—Bueno...—comencé algo nervioso—, yo..., he estado preocupado en algo que... Bueno, algo que siento.—solté sin saber explicar

—¿algo que sientes?

—sí...

—Bueno... ¿Podrías explicarte un poco más claro?

Ah... ¿Cómo decirlo?...

—En realidad..—dije—, siento atracción por los chicos.—susurré a su oído

Es tán vergonzoso decírselo... ¡Aaagh!

—Ah...—soltó

—Sé... Sé que esto está mal..., pero..

—Está bien.—interrumpió sonriéndome

Espera..., ¿qué?

—¿cómo dice, Padre?—cuestioné confundido

—Jin, eso está bien.—contestó

—¿d-de verdad?

—No debes avergonzarte, Jin, es lo que sientes y lo que eres. Jamás debes avergonzarte de quien eres en realidad.—dijo sonriéndome de manera comprensiva

¿Estoy escuchando bien?...

—Me... Me sorprende mucho tu forma de pensar, Padre.—mascullé mirándolo fijamente algo atontado

—Y a mí la tuya, No dejes que nadie apague tu luz.—mencionó—, eres especial, así que... Ánimo.

Sonreí de medio lado, cabizbajo asenti

—G-Gracias, Padre.—respondí tímido

—No es nada, y...—soltó

—¿sí?—cuestioné

Pecado Concebido «NamJin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora