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Amaneció, ya estaba despierto, me encontraba haciendo el desayuno.

Hoy iría a misa, así que tenía que estar listo para cuando se hicieran las nueve en punto.

—Buenos días, Jinnie.—saludó Timmy bajándo las escaleras

—Buenos días, Tim.—sonreí

—El olor tán delicioso me ha traído hasta acá. ¿Qué estás preparándo?—cuestionó

—Bibimbap.—sonreí

—¡que delicia!—exclamó

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Arrodillado ante el santísimo dí la oración inicial para poder prepararme para la misa. Luego fuí a la casa cural mientras los monaguillos y demás me saludaban esperando que les diera ordenes para que organizaran todo

—Ya saben que hacer.—solté de buena manera

—Okay.—dijeron al unísono

Mis pensamientos estaban en Jin, no sabía como sacarlo de mi cabeza, a veces me estremecía y sonrojaba por recordarlo, por recordar su mirada, sus labios gruesos y atractivos. Me estaba sintiéndo muy extraño últimamente y esto no está nada bien...

—Dios..., ¿qué es lo que me está sucediendo?—cuestioné a voz baja con temor de mí mismo

Kim SeokJin es..., Es increíble.

—¡No!—exclamé a mis adentros—, ¡No, Namjoon! ¡Está mal, está mal!—volví a regañar

Un monaguillo no pudo evitar oírme y me cuestionó

—¿pasa algo, Padre?

—A-Ah..., No, no.—negué—, nada, no se preocupe...

Debo confesarme, me siento mal por el hecho de sentirme extraño.

En aquel momento recordé las palabras de un tutor que tuve en el monasterio. Unas palabras que en este momento, me dolieron, y mucho.

"—sí de casualidad un día, te llegas a enamorar pequeño  Namjoon, tú tienes que alejarte de esa persona por completo. Incluso si esa persona vive en el mismo estado que tú, tienes que solicitar un cambio e irte muy lejos, perder el contacto y jamás volversen a encontrar."

Dios... Qué debo hacer

"—O de lo contrario, debe retirarse de su vida como Padre y renunciar a todo."

Renunciar... O irme y jamás volver a verlo...

—lo meditaremos luego.—susurré para mí mismo

Sonó mi reloj de mano, indicándo que debía salir a dar la tán esperada misa

Acomodé mi vestuario, bajé mis mangas y con una leve sonrisa salí a presentar

—Buenos días.—hablé con el micrófono personal

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Dios, perdoname por enamorarme de Namjoon.

En mis pensamientos divagaban sus manos, su voz, su cabello, era tán ligeramente adictivo, que poco a poco se iba volviéndo más poderoso. ¡Quiero dejar de pensar en esta locura! Porque no debo pensar nunca más esto.

Al finalizar la misa me acerqué a Namjoon, para saludar, él sonrió pero se notaba distraido

—Hola, Padre.—dije sonriente

—Hola, Jinnie.—respondió

—¿puedo confesarme hoy?

—C-Claro.—accedió—, vamos al confesionario.

Pecado Concebido «NamJin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora