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¿Qué hubiera sido de mí sí Jin no fuera ordenado a su abogado para que me llamara?

No tendría la menor idea

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Luego de salir del aeropuerto, corrí afuera para encontrar un taxi. Necesitaba llegar rápido a la iglesia central de Ilsan.

—Hola, necesito llegar a la iglesia central de Ilsan, ¿cuánto es?

Un señor peliblanco, algo malgeniado y con ojos azules como el cielo me miró interesado

—La iglesia central queda a unas doce manzanas.—dijo él—, te costará dos dólares.

Todo sea por llegar rápido

—vamos.—dije

Cuando me subí al taxi, sentía que todo íba rápido. Sentía que todo esto arriesgaría mi vida, y que esto lo estaba haciendo por amor, por quedarme con la persona que me hizo ver todo de un punto de vista diferente.

Yo amo con todas mis fuerzas a Kim SeokJin, Lo amo con toda mi alma.

Ese hombre hace que mi mente delire por él.

Continuamos el recorrido, el señor intentaba hablar sobre algo, tal vez estaba aburrido.

—hay mucho tráfico en Ilsan estos días, ¿no cree?—dijo él

—la verdad no lo sé, no salgo mucho.

—¿dónde vives?

—disculpe, es información personal.

Los coreanos siempre somos muy reservados, jamás damos direcciones, edades o cualquier tipo de información personal si no queremos.

—no se preocupe, perdón por ser irrespetuoso.—dijo el señor

Bien, el chofer se fijó que no quería conversar mucho, así que decidió concentrarse en las calles y semáforos. Yo solamente quería llegar de inmediato para resolver todo de una buena vez e irme a casa.

—hemos llegado.—paró el auto frente a la iglesia

—gracias, tome.

Le entregué el dinero y salí del automóvil, entré a la iglesia y observé todo con detenimiento, era tán hermosa la decoración que podía quedarme mirando por horas todo el lugar

Al ver al sacerdote sentado en un banca me acerqué rápidamente

—buenos días, soy Kim Namjoon; padre de una de las iglesias centrales de Seúl.—me presenté con él

—Buenos días, soy Hanwoo. ¿En qué puedo ayudarle?—cuestionó

—Quiero que haga una constancia de renuncia a mi vida como sacerdote.—nombré

Él se quedó perplejo, pero, se puso de pie

—Sígame.

Estabamos caminando, hasta entrar a la casa cural, en la sala, me senté en el sofá a esperarlo. Tenía que buscar la constacia y una pluma para llenar el cuestionario.

Unos díez minutos después volvió a acercarse y tomó asiento junto a mí

—Bien, llene el formulario, por favor, Sr. Kim.

Apoyé la hoja con la mesa frente a mí, y comencé a leer

"¿Cuál es la razón por la que desea dejar su vida como sacerdote?"

Bueno..., pues...

"quiero dejar de ser esclavo de una religión y hacer mi vida personal como culquier otro humano."—escribí

Pecado Concebido «NamJin»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora