IV

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Me subí a mi habitación. Se oía muchos ruidos abajo pero no quise bajar. Hasta que me moría de hambre y tuve que hacerlo. Bajé para merendar algo cuando veo que todas las miradas se clavan en mi.

-Hola- digo- seguir a lo vuestro solo vengo a coger algo para comer.

Me dirigí a la cocina cuando veo que Angel me esta mirando y se levanta, dirigiendose hacia la misma dirección que yo.

-Hola, quería pedirte disculpas de como te ha tratado antes Alvaro-dijo.

Me di cuenta de que estabamos solos en la cocina.

-No pasa nada, creo que es normal en chicos ese comportamiento- dije.

- No, ellos no son así- dijo Angel- ni yo soy así, pero nos comportamos así para estar con las chicas.

-Claro eso lo explica todo- dije- pues que te lo pases bien con tus amiguitas.

- Quedate un rato, por favor-

-No, gracias-

-Por favor- me suplicó.

-Está bien-

Me quedé con ellos y empezaron a hablar de cosas como por ejemplo que Shasha era la amiga con derecho de Alvaro.

Hasta que salió el tema de que los chicos estaban con muchas chicas. A ellos les daba igual lo que dijeran porque disfrutaban con cada chica pero ahí no me pude callar y hablé.

-A vosotros lo que os pasa es que creeis que las chicas somos unos juguetes, no sabeis que tenemos sentimientos también- dije enfadada.

-Si lo sabemos pero son las chicas también las que quieren- dijo Angel.

-Pero eso será porque las provocais- dije.

-No, solo las decimos cosas bonitas y ya esta- dijo Angel.

-¿Y eso no es provocar?Porque yo eso lo llamo provocar- dije.

Después de esta conversación decidieron irse todos. Menos Angel que se quedó un rato más hablando con nosotras. Hasta que decidió irse a cambiar ya que volvería para la cena.

Me fue a duchar, tardé como 5 minutos y me fui directa al armario a elegir mi ropa. Esa noche iba a ser muy especial según mi padre, asique decidí ponerme algo elegante.

Elegí un vestido rojo pasión que tenía una sola manga y que me llegaba un poco más arriba de mis rodillas. Me puse unos tacones rojos. Era difícil caminar con ellos pero al final te ibas acostumbrando, y me maquillé como pude, no quería parecer un payaso.

Salí de mi habitación y ya estaban esperando mi hermana y mi padre. Por una vez estaba yo más guapa que mi hermana, me extraño ya que ella siempre se pone demasiado guapa.

-¿Qué te pasa hoy?¿Estas enferma?- dije.

-¿Por qué?- dijo ella.

-Porque no te has maquillado mucho y me parece raro- dije.

-Ah, eso es porque no me apetece maquillarme para Angel, no me gusta ese chico, es guapo y eso pero me gusta más Carlos- dijo.

-Ah, vale- dije.

Llegaron a los 10 minutos y nos sentamos en la mesa.

Después de hablar y hablar, empezó una conversación un tanto extraña.

-Bueno, que yo quería decir que te voy a subir a un puesto más en la empresa- dijo el jefe.

-Eso es estupendo, muchas gracias- dijo mi padre.

-Empezaras mañana, porque me tengo que ir a un viaje de negocios y tu puesto es quedarte a cargo de la empresa mientras estoy fuera- dijo.

-Muchas gracias, es un honor para mi- dijo mi padre.

-Ah y otra cosa,¿se puede quedar Angel aquí hasta que vuelva de mi viaje?- dijo el jefe.

-¡Qué!- dijimos al unísono Angel y yo.

-Claro que puede, bienvenido a tu nuevo hogar- dijo mi padre mientras señalaba todo su alrededor.

-Pero papá...- dijo Angel.

-No hay más que hablar te quedarás aquí. Mañana traeras tus cosas y te quedaras durante un mes- dijo el padre de Angel.

-¡Un mes!- dijimos otra vez al unísono Angel y yo.

No podría compartir casa con un playboy y menos un mes.

-Si, un mes¿pasa algo?- dijo el jefe de mi padre mirandome a mi.

No quería que despidieran a mi padre o algo así, asique mentí.

-No nada, me hará mucha ilusion alojarlo en mi casa- dije.

Después de un rato de hablar al final se fueron. No me creía que Angel fuera a dormir en mi casa. Con todas las casas del mundo tiene que quedarse en la mia. Eso se llama karma.

Loca por tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora