Loca por ti

V

Hoy Angel se venía a dormir a casa. Pero también era viernes y teníamos clases.

Me puse una blusa blanca un poco transparente y unos pantalones negros ajustados con unos zapatos negros. Me puse la raya, rimel y el pintalabios y me fui a clase. No desayuné porque no tenía mucha hambre.

Les conté lo de Angel a mis amigas y ellas me dieron suerte porque dijeron que este mes con él iba a ser muy duro, puede que fuera el más duro de mi vida.

Quedamos el viernes para ir de fiesta a una discoteca, teníamos 17 años asique no podíamos hacer mucho.

Cuando terminó el instituto me fui a casa y me encontré un montón de maletas.

-¿Qué es esto papá?- dije.

-Me tengo que ir con mi jefe. Os vais a quedar aquí Angel, tu hermana y tú. No lieis ninguna- dijo mi padre.

-Vale, adios papá. Pasatelo bien-dije.

Me despedí de él y subí a mi habitación.

Tendría que convivir con Angel y además sin adultos durante un mes. Solo de pensarlo me tiemblan las rodillas.

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Pasaron estos días muy lentos. Pero al final llegó el viernes. El bonito y precioso viernes. Mis amigas llegaron a mi casa sobre las 18:30 pm. Se iban a vestir en mi casa.

Habíamos quedado en beber un poco, ya que después mis amigas dormirían en mi casa y no hay ningún adulto que nos vea borrachas.

Me duché y me puse una toalla para elegir mi ropa, cuando se abre la puerta.

-Hola,¿puedo pasar?- dice Angel.

-No, solo tengo puesta una toalla, no puedes- dije.

-No importa, te crees que no he visto chicas desnudas- dijo Angel.

-Si las has visto, y me alegro por ti, pero yo no voy a ser una de ellas, asique adiós- dije sacandole de la habitación.

Sin darme cuenta había entrado.

Mis amigas se quedaron en shock al ver la escena. No se porque se ponen así al ver que uno de los playboys me habla. No estaran acostumbradas.

Me puse un vestido rosa sin tirantes, que hacia mis curvas perfectas. Lo acompañé con unos tacones y un bolso a juego. El maquillaje me lo pusieron mis amigas y ya estábamos listas.

-¿A donde vais?- dijo una voz de hombre desde el sofá.

-A una discoteca- dije.

-¿A cual? Es para saberlo-

-A una que no te importa-

-No seas borde conmigo, además no te voy a seguir. Yo he quedado con mis amigos- dijo Angel.

-Vamos a la que está en la plaza Levante- dijo Ale.

-¿Para qué se lo dices?- dije.

-No pasa nada si no va a venir- dijo Clara a su defensa.

Nos fuimos en el coche de Clara.

Estaba lleno de gente borracha. Entramos y nos pedimos unos tequilas. Estabamos tranquilas cuando de repente llegan ellos con mi hermana y Shasha.

-Hombre, mira a quien tenemos aquí- dijo Alvaro.

-Joder, lo que faltaba- dije.

Sabía que era mala idea decirle a donde ibamos a Angel. Se acoplaron hasta que decidí ir a bailar. Se dieron cuenta de que estaba borracha por la forma de andar que tenía.

Angel vino hacia mi y me dijo que bailaría conmigo.

Pusieron una canción lenta y él puso sus manos en mi cintura y yo en su cuello. Estuvimos así un rato hasta que poco a poco se fue acercando. Hasta que sus labios tocaron los mios en un apasionado beso.

-Te he estado esperando toda mi vida- dijo Angel.

-¿Qué?- dije.

¿Cómo es posible que me haya esperado si ni yo sabía que venía hasta hace un mes?

-Si, eres la única que ha llegado a mi corazón, he estado esperando a esa chica toda mi vida. Ni tu hermana gemela ha sido capaz de llegar- dijo él.

-Estás de broma¿verdad?- dije

-Claro que no- dijo muy serio.

-Pues lo siento pero no eres el tipo de chicos con los que saldría- dije.

-¿Por qué? Se que soy un poco idiota con las chicas pero la gente puede cambiar- dijo.

- Ya pero creo que tú no vas a cambiar-

-Yo por ti cambiaría-

-Demuestramelo-

Después de decir esto me besó otra vez. No sabía si seguir el beso o apartarme. Al final lo seguí y él me agarro de la cintura y me acercó más a él.

Estuvimos besandonos como 10 minutos seguidos, hasta que decidimos parar e irnos cada uno a sus respectivas casas.

Yo me fui con mis amigas hacia mi casa, seguidas de Angel y Sara que venían detrás nuestra en otro coche.

Cuando llegamos a casa hicimos una fiesta de pijamas y puede decirse que gritamos demasiado porque vinieron mi hermana Sara y Angel a quejarse.