Loca por ti

XXII

Hoy se iba Ángel. No se podía expresar con palabras lo que sentía.

Cuando bajé, ya tenía todas las maletas preparadas.

-No sabía que tenías tantas ganas de irte, como tienes todo preparado ya- dije.

-Veo que no sabes muchas cosas de mi. Tu hermana en cambio, si- dijo él.

-Que tengas un buen viaje hasta tu casa-

-Sé que me echaras de menos. Pero no te preocupes que te visitaré-

-No hace falta, pero gracias-

En ese momento empezó a sonar el teléfono. Era mi padre.

-Hola papá,¿estáis ya de camino?-

-No, hija. Ya hemos llegado. Estamos de camino a casa. Pero tenemos que deciros algo. Así que dile a Ángel que no se vaya hasta que lleguemos-

-Vale,¿llamo también a Sara?-

-No hace falta que la molestes, luego se lo cuentas tú-

-Vale. Hasta luego-

-Adiós, cariño-

Colgué y se lo dije a Ángel.

-¿Para qué querrán hablar con nosotros?-

-No se, pero por la forma en la que me lo dijo, es algo malo. O por lo menos, no es muy bueno.

-Espero que no sea malo. Creo que deberías vestirte para cuando vengan-

-Si. Adiós-

Me subí a mi habitación y la ordené un poco. Me vestí con lo primero que encontré y bajé a desayunar. Mientras desayunaba, llamaron a la puerta. Era mi padre y el de Ángel.

Llamé a Ángel, que estaba viendo la televisión, y fuimos a abrir la puerta los dos juntos.

-Hola- dijeron los dos padres, cada uno a su hijo.

Me lanzé a los brazos de mi padre y nos quedamos así durante un rato.

Cuando entraron y colocaron sus maletas en el hall, nos sentamos en la cocina y empezaron a hablar.

-Bueno, teníamos que deciros que hemos descubierto que vamos a ser familia. Se van a casar tu padre con la tía Lola- dijo mi padre.

-Ah qué bien- dije sin ganas.

-La boda es dentro de 3 días. Así que compraros algo para ir porque iremos en el mismo coche y eso- dijo el jefe.

-Eso no tiene nada que ver, papa- dijo Ángel.

-Da igual, el caso es que voy a ser tu tío- dijo dirijiendose a mi.

-Me alegro mucho. Me tengo que ir. Luego hablamos- dije- hasta luego primo- dije para fastidiar a Ángel.

Él me miró con cara de asesino.

Me fui otra vez a mi habitación. Y llamé a Clara. Hacia mucho que no hablaba con ella.

-Hola,¿qué tal todo?- dije.

-Hombre, hola, bien, hemos ganado. Lo estabamos celebrando ahora. Mañana volvemos.¿Qué tal todo por allí?-

-Bien, me han convertido en la psicóloga del Insti. Voy a ser de la familia de Ángel. Tuve una cita con Ru...- iba a seguir pero me interrumpió.

-Vale vale. Cuando llegue quiero detalles. Adios-

-Adios-

No tenía nada que hacer, así que llamé a Ru.

-Hola,¿qué tal?- dije.

-Hola. Muy bien ahora que acabas de llamar-

-Te llamaba para saber si tienes algo que hacer hoy-

-No, no tengo nada que hacer. Es para quedar,¿no?-

-Sí. Ven a por mi dentro de 30 minutos, por favor-

-Allí estaré, nena. Hasta luego-

Colgó y no me dio tiempo a despedirme.

Me arreglé y justo cuando terminé llamaron a la puerta.

Me despedí de mi padre y de mi futuro tío. Ángel no estaba porque se había ido con sus amigos. Cuando salí me encontré con un sonriente Ru.

-Hola-

-Hola,¿a dónde quieres ir?-

-He pensado que podríamos ir al centro comercial. Así puedo comprar el regalo de cumpleaños a mi hermana y ya de paso podemos comer algo en algún restaurante-

-Me parece buen plan-

Nos metimos en el coche y empezamos a cantar las canciones que salían en la radio.

Cuando llegamos al centro comercial, nos fuimos de tienda en tienda, pero no encontraba nada para mi hermana. Decidimos entrar en una zapatería y allí me encontré los tacones más feos que había visto en toda mi vida. Eran muy altos y transparentes, con partes rojas. Decidí que ese seria el regalo de mi hermana. Menuda cara va a poner cuando los vea.

Comí con Ru. Iba todo muy bien. Cuando me dejó en mi casa, me sorprendió que todavía estuviera el jefe de mi padre. Les saludé y me subí a mi habitación.

Me preparé para ver una película y así despedir a este hermoso sábado. Antes de que terminara la película, yo ya estaba dormida.