Loca por ti

XXVI

Me levanté justo cuando lo hizo mi hermana. Nos saludamos y ella se fue al baño y yo a la cocina a desayunar.

Cuando llegué, estaba mi padre leyendo una hoja.

-Hija, mira. Lo han mandado del instituto- dijo pasandome la hoja.

La empecé a leer:

Querido señor Brown.

Le informamos que por motivos de la lluvia de anoche, sus hijas no podrán asistir a clases ya que se ha inundado parte de las clases. Deberán volver dentro de una semana, cuando el problema de la inundación este resuelto. Lo sentimos.
Secretaría del instituto
Terminé de leerlo y salté de alegría.

-No tenemos clases durante una semana- dije más para mí que para mi padre.

-Sí, pero eso no significa que no vayas a estudiar- dijo mi padre arruinando mi ilusión.

Me subí arriba a decírselo a Sara.

Cuando se lo dije las dos saltamos de alegría.

Ella se vistió y se fue a arreglar las cosas con Ale porque quería tener por lo menos a ella de amiga.

Yo en cambio, cogí el teléfono que me dio Dani y le escribí un mensaje.

Patricia superstar- Holaa Daniiii.
Dani el suajero- Hola, pensé k no me escribirías nunca.
Patricia superstar- K poca fe tienes en mi.
Dani el suajero- A lo mejor podríamos quedar hoy en un bar a tomar algo.
Patricia superstar- Hoy no tienes k trabajar?
Dani el suajero- No, tngo el día libre. Quedamos hoy a las doce del mediodía va?
Patricia superstar- Vale, nos vemos a esa hora. Hasta luego.
Dani el suajero- Adiós chavala.

Eran las ocho y cuarto. Tenía toda la mañana por delante.

Me puse a leer un rato, después desayuné, y me subí a mi habitación a vestirme y ducharme.

Después de la ducha me fui al armario.

Vi mi ropa y pensé que no me debería de poner pantalones, como me ponía siempre. Iba a ponerme algo distinto pero no muy provocativo.

Miré entre las faldas y los vestidos que me compré el día que decidí cambiar pero que luego no lo cumplí, y encontré uno ceñido al cuerpo de color azul oscuro, me encantaba. Me puse unos zapatos con un poco de tacón azules también.

Me eché un poco de colonia y justo sonó el móvil.

Era Dani.

"¿Si?"

"Hola soy yo, no me has dicho tu dirección jajaja"

"Ah lo siento, es calle Cervantes número 7"

"Ah gracias justo estoy en esa calle. Adiós, preciosa"

"Adiós"

Colgué y me puse a esperar en la puerta.

Cuando llegó, fui a abrirle y me salí de casa antes de que mi padre preguntara algo.

-Hola- saludé.

-Hola wow estas preciosa- dijo él.

-Gracias, tú tampoco estas mal. ¿A dónde vamos?-

-Es una sorpresa-

Nos montamos en el coche y nos pusimos a cantar las canciones que sonaban y hablamos de cualquier cosa.

Cuando llegamos no sentamos en una mesa y nos pedimos unas coca- colas. Tenía curiosidad por saber por qué era tan bipolar así que se lo pregunté.

-Oye, un pregunta- dije.

-Mm- dijo de forma que supiera que me estaba escuchando.

-¿Por qué el primer día que nos vimos te comportaste de esa manera y ahora mira?- dije muy rápido. Estaba nerviosa.

-Porque estaba con mis colegas y me había apostado que no seria capaz de acercarme a ti y decirte eso. Una cosa, tengo que irme mañana a una carrera y me gustaría que vinieras- dijo mirándome a los ojos.

-Claro, ¿una carrera de qué?- me atreví a preguntar.

-De motos, las carreras ilegales que se hacen al final de la ciudad- dijo él muy serio.

-¿Qué?¿ilegales? No, he cambiado de opinión- dije asustada.

-Por favor no te va a pasar nada. Yo te protegeré, confía en mi-

-Pero..... Es que.... Tengo miedo-

-Ven- dijo abriendo sus brazos y atrayendome a él.

Me abrazó de una forma muy cálida que me hizo recordar a mi padre. Acepté ir con él, con la condición que no se alejara de mi.

Llegué a casa y estaba mi hermana ya pero mi padre se había ido a trabajar.

-¿Qué tal tu día?- dije.

-Muy bien, lo he arreglado con Ale- me dijo feliz.

-Me alegro, Sara-

-¿Y tú? ¿Dónde estabas?-

-Con un amigo, he quedado mañana con él. Dile a papá que no voy a estar para la cena-

-Vale, pillina-

Me subí a mi habitación y me acosté. Había sido un día agotador, como casi todos los días que tenía.