Hablándole a la luna de ti.
"──Me llamo Lydia, señorita"
Susurraste con una sonrisa de oreja a oreja y tus hoyuelos hundidos en tus mejillas.
Y te fuiste, guiñandome un ojo, dejando mi rostro risueño por aquello y mi pecho con una extraña sensación.
¿Me acabaste de guiñar un ojo?
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Hablándole a la luna de ti ©
Teen Fiction«Cuando la luna este acompañandote por tu jardín, imagina que también estaré yo, a tu lado. Cuidare tu caminar y te deseare las buenas noches, mi querida...» Una historia radicada en 1940 en la excéntrica ciudad de Buenos Aires. El otoño sabía agrid...