Hablándole a la luna de ti.
Con ilusión le escribo a la luna de mi agenda,
le cuento que tuve como una visión rápida de ti mientras iba caminando por las calles de Buenos Aires.Capaz sea las ganas de querer verte, de poder disfrutar de la melodía de tu voz.
Pero juro por quien sea, que si eras esa, pasaste muy rápido como un flash...guárdare la ilusión dentro de mi corazón.Se sintió raro cuando mis ojos te encontraron,
pero usted no me vio, ni por un segundo.Tenías tu cabeza mirando tus botas marrones y al lado tuyo estaba el grandote de tu padre.
Sentí por unos momentos temor, en su rostro no se encontraba ni un poco de felicidad, sino todo lo contrario. Su cara fruncida y sus cejas hundidas hacia abajo.Te veías tan hermosa en ese vestido de tela,
con tu sombrero de color carmesí...ay mi pequeña dama de color carmesí
¿Cuando te podré tener de frente?Pensé por un momento acercarme,
pero si lo hacía te ibas a asustar y tu padre probablemente me cortaría en pequeños pedazos, no se ve muy feliz el.
Temo por ti.Tengo tantas preguntas...
¿Por qué no has venido al bar?¿Tu padre te obliga en algo?
¿Él está enfadado?
¿No te gustan más las medialunas?
Mis ojos se están cerrando, así que me despedire por hoy.
¿Algun día leerás estas cartas?
No lo creo.En las calles de Buenos Aires
te vi por última vez.
Eva.
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Hablándole a la luna de ti ©
Teen Fiction«Cuando la luna este acompañandote por tu jardín, imagina que también estaré yo, a tu lado. Cuidare tu caminar y te deseare las buenas noches, mi querida...» Una historia radicada en 1940 en la excéntrica ciudad de Buenos Aires. El otoño sabía agrid...