Hablándole a la luna de ti.Día soleado, polémicas y desastres en el mundo, familias que fueron brutalmente separadas e injusticias en cada rincón del país. Pero a Eva le pasó algo increíble, algo que desde ahora no podía creer y que la emoción recorre por todo su cuerpo, se olvidó completamente que estaba en su hora laboral y se dispuso a investigar más a fondo.
Eran las 15:23 de la tarde y un joven de rulos, con tirantes y una camisa entra en el local. De todas las meseras se acerca con decisión a Eva, como sabiendo desde ya a lo que iba. Con una sonrisa narcisista se acerca a ella y con su voz ronca da el pie a una conversación.
──¿Es usted, Eva?
Eva se da vuelta con completa confusión en sus ojos.
──Si, soy yo ¿algún problema caballero?──Tengo noticias importantes para usted y que le va a interesar.
──¿Como cuales?── elevo una de sus cejas.
──Un pajarito me contó que usted anda embelesada con una señorita de rulos como los míos.
A Eva se le heló la sangre y el pulso se le aceleró de maneras extrañas, trago saliva duramente.
──No...no se quien sea esa señorita.
Mintió.
──Oh, claro que si sabe dama, conmigo no mienta que lo se todo.
Exclamó con superioridad.
──No se a lo que se refiere, discúlpeme.
Trato de huir pero este la detuvo y la llevo hacia un lugar más apartado de la cafetería, en unas mesas al fondo.
──Se que sientes algo por...Lydia── Termino la frase susurrando.
Su cara palidecio como un fantasma y se rasco su nuca ──¿Como sabes?
──Yo se cosas.
──¡Por favor no le digas a nadie! Esto es una aberración para algunos y si se enteran me pued...
La interrumpió rodeando sus ojos.
──Uy que fastidio, mira que hablas, ya pareces loro.
──¡Oye! no seas grosero.
──Perdón hace mucha calor y ando fastidioso. Mira querida, vos y yo somos iguales. Nos iremos al infierno juntos mi amor, no tengas problemas.
──Yo no soy eso que insinúas.
──Estas en la etapa de negación, usted tranquila.
──Como sea...¿Que le paso a Lydia? ¿Esta bien? ¿Donde esta?
──Si...si esta bien...pues en su casa duh. Si me decían que esto era una entrevista no venia.
Eva rueda los ojos.
──Tengo la dirección de la casa...bueno casa no. Mansión. Pero el padre no se tiene que enterar, por que es muy retrógrado y si, te puede aniquilar, matar o desaparecer del país. Apenas la deja relacionarse conmigo.
──¿Tienes la dirección?
──¡La tengo! Ella me contó un poco de ustedes, que se conocieron en el bar, que cruzaron miradita y bla bla bla. Yo te la doy...── Agarro una servilleta y un lápiz que tenia Eva en el bolsillo de su delantal.── No le digas a nadie que te la di, nadie puede saber esto...──Y comenzó a escribir──Se pueden escribir esquelas, cosas lindas y todo eso. Muere acá ¿de acuerdo?
──De acuerdo, de verdad te lo agradezco.
Sonrio como boba enamorada.
──Si, si, si. Después me tiras flores. Ahora me tengo que retirar.
Se levantó de la mesa, coloco sus manos en los bolsillos y se dio la vuelta, pero Eva lo interrumpió.
──¡Espera! ¿que eres de ella?
──Su mejor amigo.
Y se fue guiñandole un ojo.
Para Eva fue el mejor día del año y aquella oscuridad, volvió a hacer un lugar lleno de esperanza de poder volver a ver a su bella damisela.
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Hablándole a la luna de ti ©
Teen Fiction«Cuando la luna este acompañandote por tu jardín, imagina que también estaré yo, a tu lado. Cuidare tu caminar y te deseare las buenas noches, mi querida...» Una historia radicada en 1940 en la excéntrica ciudad de Buenos Aires. El otoño sabía agrid...