19 | Algo inesperado.

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Hablándole a la luna de ti.

Día soleado, polémicas y desastres en el mundo, familias que fueron brutalmente separadas e injusticias en cada rincón del país. Pero a Eva le pasó algo increíble, algo que desde ahora no podía creer y que la emoción recorre por todo su cuerpo, se olvidó completamente que estaba en su hora laboral y se dispuso a investigar más a fondo.

Eran las 15:23 de la tarde y un joven de rulos, con tirantes y una camisa entra en el local. De todas las meseras se acerca con decisión a Eva, como sabiendo desde ya a lo que iba. Con una sonrisa narcisista se acerca a ella y con su voz ronca da el pie a una conversación.

──¿Es usted, Eva?

Eva se da vuelta con completa confusión en sus ojos.
──Si, soy yo ¿algún problema caballero?

──Tengo noticias importantes para usted y que le va a interesar.

──¿Como cuales?── elevo una de sus cejas.

──Un pajarito me contó que usted anda embelesada con una señorita de rulos como los míos.

A Eva se le heló la sangre y el pulso se le aceleró de maneras extrañas, trago saliva duramente.

──No...no se quien sea esa señorita.

Mintió.

──Oh, claro que si sabe dama, conmigo no mienta que lo se todo.

Exclamó con superioridad.

──No se a lo que se refiere, discúlpeme.

Trato de huir pero este la detuvo y la llevo hacia un lugar más apartado de la cafetería, en unas mesas al fondo.

──Se que sientes algo por...Lydia── Termino la frase susurrando.

Su cara palidecio como un fantasma y se rasco su nuca ──¿Como sabes?

──Yo se cosas.

──¡Por favor no le digas a nadie! Esto es una aberración para algunos y si se enteran me pued...

La interrumpió rodeando sus ojos.

──Uy que fastidio, mira que hablas, ya pareces loro.

──¡Oye! no seas grosero.

──Perdón hace mucha calor y ando fastidioso. Mira querida, vos y yo somos iguales. Nos iremos al infierno juntos mi amor, no tengas problemas.

──Yo no soy eso que insinúas.

──Estas en la etapa de negación, usted tranquila.

──Como sea...¿Que le paso a Lydia? ¿Esta bien? ¿Donde esta?

──Si...si esta bien...pues en su casa duh. Si me decían que esto era una entrevista no venia.

Eva rueda los ojos.

──Tengo la dirección de la casa...bueno casa no. Mansión. Pero el padre no se tiene que enterar, por que es muy retrógrado y si, te puede aniquilar, matar o desaparecer del país. Apenas la deja relacionarse conmigo.

──¿Tienes la dirección?

──¡La tengo! Ella me contó un poco de ustedes, que se conocieron en el bar, que cruzaron miradita y bla bla bla. Yo te la doy...── Agarro una servilleta y un lápiz que tenia Eva en el bolsillo de su delantal.── No le digas a nadie que te la di, nadie puede saber esto...──Y comenzó a escribir──Se pueden escribir esquelas, cosas lindas y todo eso. Muere acá ¿de acuerdo?

──De acuerdo, de verdad te lo agradezco.

Sonrio como boba enamorada.

──Si, si, si. Después me tiras flores. Ahora me tengo que retirar.

Se levantó de la mesa, coloco sus manos en los bolsillos y se dio la vuelta, pero Eva lo interrumpió.

──¡Espera! ¿que eres de ella?

──Su mejor amigo.

Y se fue guiñandole un ojo.

Para Eva fue el mejor día del año y aquella oscuridad, volvió a hacer un lugar lleno de esperanza de poder volver a ver a su bella damisela.

Hablándole a la luna de ti ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora