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❝ CRUEL es bueno ❞

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─¡Te tengo! ─dijo Teresa llegando junto a Chuck para subirlo a la plataforma nuevamente.

─¡Súbeme! ─habló rápido y con miedo el niño.

De un tirón, la chica lo hizo. Pero dos penitentes subieron al instante.

Por otro lado, el grupo más grande de chicos que estaba peleando contra el penitente desde hace rato, logró arrojarlo al vacío.

─Chicos... ─habló Emma viendo como Teresa y Chuck se acercaban corriendo mientras eran seguidos por otros dos penitentes.

─¡Ve a la puerta, Chuck!

El niño hizo caso, corrió junto a Teresa hasta la puerta mientras los demás retenían a los penitentes.
Ni bien llegaron junto a la gran puerta, esta comenzó a abrirse.

─¡Corran! ─les dijo Emma─. Vamos, rápido, empujen ─decía para los demás, aún intentaban retener a los penitentes. De a poco, ella y el resto de los chicos iban retrocediendo, pasando por las puertas y posteriormente por el pasillo de su salvación.

Teresa y Chuck ya estaban en la última puerta, pero había un problema. Había un código.

─¡Thomas, hay un código! ─gritó Teresa─. ¡Son ocho números!

─Ocho secciones del laberinto ─dijo el chico─ ¡Emma, Minho! ¡La secuencia de las secciones del laberinto!

─Yo te digo ─gritó Emma─ Siete... uno...

─¡Emma cuidado! ─gritó Newt, pero era tarde. Un penitente había caído sobre le chica. Quien al tener al monstruo encima pegó un grito.

Uno de los chicos de allí se acercó, clavando la lanza en el penitente que estaba sobre la ojiverde, logrando que ella sea liberada, pero como consecuencia, los penitentes se llevaron a él.

La chica se alejó velozmente, y se levantó con la ayuda de su mejor amigo.

─¡Minho, la secuencia! ─habló Chuck algo desesperado.

─Siete. Uno. Cinco. Dos. Seis. Cuatro. Oocho. Ttres.

Teresa completó la secuencia, y una luz verde apareció en la puerta.

─¡Se abrió! ─gritó Teresa─ ¡vamos, vamos!

Algunas de las puertas comenzaron a cerrarse sobre los penitentes que se acercaban a los chicos peligrosamente. Aplastandolos y dejando a los adolescentes sin ningún aparente problema.

Una puerta detrás de ellos se abrió, dejando ver un enorme pasillo iluminado. Los chicos comenzaron a caminar lentamente sus separarse los unos de los otros.

𝐋𝐚 𝐜𝐨𝐫𝐫𝐞𝐝𝐨𝐫𝐚 | ᵀʰᵒᵐᵃˢ ᴹᴿDonde viven las historias. Descúbrelo ahora