*S2*55*

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Luego de que Elisa despertara la revisaron de nuevo para dejarnos ir.

Estaba con ella en el taxi camino a mi casa.

-Ya te dije que te quedaras conmigo- repetí por octava vez

-Que puedo estar sola- negué tomando su mano

-Te cuidare como lo hacía antes- sonreí

-Soy mayor que tu- me señalo

-Siempre querías que actuará como el mayor y eso hago- sonreí

Cuando llegamos a mi apartamento le pagué al taxi y nos bajamos juntos.

Entramos en silencio y ella se sentó en el sofá cerrando sus ojos.

-Te hare la cena- dije

A pesar de que había estado fuera por mucho tiempo, mi apartamento estaba limpio.

-Gracias por mantenerlo limpio- le agradeci

-Este era mi lugar de refugio- susurro y sabía que algo más pasa

Algo ella me seguía ocultando.

Camine hasta donde ella estaba.

Me senté en la mesa frente al sofá.

-Elisa- hice que me mirara

Sus ojos estaban llenos de lágrimas

-¿Qué me ocultas realmente?- la mire preocupado

Ella lloraba en silencio sin decirme nada.

-Dudo que un simple beso te hiciera tomar decisiones tan extremistas- la conocía demasiado bien.

Ella ocultó su rostro entre sus manos mientras lloraba en silencio.

-Estoy dispuesto a esperar lo que sea hasta que me cuentes qué pasa- susurré ya más preocupado

-Fui marcada- sollozó con fuerza

No entendía nada de lo que me decía.

-No entiendo Elisa- acaricie su mejilla, pero por primera vez se alejo de mi caricia

-Los enemigos de mi padre me marcaron- sollozo de nuevo

No dije nada, no sabía qué preguntar.

-Me secuestraron un sábado en donde nadie preguntaría por mi- pauso secando sus lágrimas.

Mi corazón dolía demasiado.

-Soy el próximo blanco para lastimar a mi padre- susurro lo ultimo con dolor

-¿Cómo que el próximo blanco?- pregunte nervioso

-La primera fue mi madre- rio llorando

-Me enteré que esos desgraciados mataron a mi madre para lastimarlo- me dolía cada relato

-¿Por eso te quisiste suicidar?- asintió sin mirarme

La abrace con fuerza.

-No dejare que nadie te lastime, nadie podrá tocarte- solloce

Tenía demasiado miedo de perderla ahora.

Cuando nos separamos ella se desabotonó su camisa para mostrarme su hombro en donde tenía un código tatuado.

-Es un código en donde me pueden localizar cuando quieran para matarme- negué pasando mi mano

-Buscaremos la forma de quitarlo- dije desesperado

-No se puede, me contaron que mi padre lo intentó con mi madre, pero lo que logró fue que la mataran- negué abrazándola

-No quiero que me maten- negué mientras la abrazaba.

Un Cambio de ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora