*S2*25*

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Habían pasado cinco días desde el prom y no hablaba con Karo.

Le había dicho para quedar, pero siempre pone la excusa de estar haciendo algo.

-¿Te peleaste con Karo? - negué mientras miraba a Zoé entrar a mi habitación

-Pues que sepas que vino a entregar una gorra tuya y se fue- me tiro mi gorra

Salí rápido de mi habitación hasta las afueras de mi casa en donde ella ya no estaba.

Saque mi celular e intente llamarla, pero ella no me respondía

¿Qué hice mal? - pensé

Entre a la casa para buscar las llaves de mi auto no dejaría que ella siguiera ignorándome

-Saldré- notifique

Conduje con cuidado, pero con prisa.

Me estacione frente a su casa y toque la puerta.

-Si- ella abrió la puerta sorprendida

-Dylan-

-Karolina- pase sin que ella me diera el permiso

-Debemos hablar- me gire para verla

-Creo que no es un buen momento- susurro señalando su espalda

Ahí estaba su padre, un muchacho y ella.

-Hijo mira te presento al prometido de Karolina- me quedé de piedra

¿Prometido?

-Un placer soy Alejandro- ofreció su mano

-Dylan su amigo si así puedo etiquetarme- hable de forma sarcástica

-Dylan no es lo que piensas- ella tomó mi brazo y con delicadeza me solté de ella

-No te preocupes Karo, yo entiendo- intente sonreír

-Felicidades por la boda- salí como había entrado

No podía creer lo que estaba sucediendo

Ella está comprometida y nunca me dijo nada.

Arranqué mi auto mientras veía como la imagen de ella se quedaba muy lejos.

Solo había un lugar en donde podía ir.

-Eh... Hola- Miguel se miraba confundido

-Hoy acepto la cerveza- su mirada fue de confusión.

-Entra-

-¿Qué pasó?- caminamos hasta el sofá

-Karolina está comprometida- solté sin mirarlo

-¿Comprometida? – asentí

Miguel se puso de pie y busco dos cerveza

-Esto merece una cerveza- me paso una lata

La abrí y al principio lo dude, pero me tome la lata de un golpe

-Salud- se rio Miguel

-Amigo lo siento mucho- negué riendo

-Lo lindo es que aun con el corazón destrozado no la trate mal- sentí como algunas lágrimas salían de mis ojos

-Nunca te había visto llorar- Miguel me miraba impresionado

-Cómo no llorar cuando me enamore de ella- sonreí, pero todo era un mascara

-El imbécil se llama Alejandro- despeine mi cabello

-No te atormentes más, lo que deberías hacer es hablar con ella- negué riendo

-Por algo me ignoraba- susurre

Un Cambio de ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora