Capítulo 41

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“Cuando El Amor Se Acaba”


No puedo creer que esté aquí nuevamente, rodeada de todas estas personas. Son tan sofisticadas, tan enamoradas de la pintura y del arte. No entendía ni un carajo de que estaban hablando, pero si todos reían, yo reía con ellos.

Habíamos llegado aproximadamente diez minutos atrás y todos centraron sus miradas en Cadyk, algunas de las personas las reconocí porque las ví en la fiesta de Lucí, pero otras no, y fueron ellos mismos quienes se acercaron para que Cadyk me pudiera presentar.

No tenía ningún problema con compartirles una sonrisa. En ciertas ocasiones las personas que conocí en la fiesta fueron y me saludaron amablemente, como si ya tuviera tiempo de conocernos.

Estábamos frente a un cuadro de Vincent Van Gogh. Todos teníamos un tríptico en nuestras manos, dónde mostraban uno que otro dato curioso de las obras de los artistas.

—A pesar de que ahora Van Gogh es tan famoso, en vida solo logro vender uno de sus cuadros. Empezó a crecer una vez muerto. Realizó su primera pintura a los veintisiete años, una edad un tanto tardía en comparación a otros grandes —explicó una señora con buen gusto en vestimenta—. Lamentablemente no pudimos conseguir la obra original de este gran pintor, pero conseguimos una copia. Van Gogh pintó “La noche estrellada” mientras se encontraba en el hospital para enfermos mentales Saint-Paul-de-Mausole y su inspiración fue lo que veía desde su ventana. No lo que veía literal, sino que su imaginación logró representar la provincia de Saint-Remy con un sol en todo su esplendor, que era lo que sí lograba ver Van Gogh desde su habitación.

Yo una vez traté de dibujar en digital la obra. Me salió tan horrorosa que hasta la actualidad me sigo riendo de lo terrible que salió.

—Alguna vez Van Gogh mencionó: “Mirar a las estrellas siempre me pone a soñar. ¿Por qué, me pregunto, no deberían los puntos brillantes del cielo ser tan accesibles como los puntos negros del mapa de Francia? Así como tomamos el tren para llegar a Tarascon o Rouen, tomamos la muerte para llegar a una estrella” —mencioné, recibiendo la atención de cada una de las personas, que como mínimo, eran unas veinte—. Esta frase reafirma la teoría de que “La noche estrellada” está asociada con la muerte.

—Efectivamente, Monserrat —me respondió la señora—. Así como detrás de un cuadro hay una historia del autor, pasa lo mismo con Picasso.

Admiramos algunas obras de muchos más pintores. De fondo se escuchaba Bach Solo Cello Suite No.1, lo cual quedaba perfecto para la ocasión.

Me sentía un poco rara, otra vez perteneciendo al mundo de los ricos. Se veían señoras finísimas y señores con porte y elegancia. Me sentía fuera de sí, e incluso me sentía un moco a lado de todas estas chicas muy bien vestidas, sin embargo; Cadyk me aseguró más de una vez que me veía bellísima.

Está vez no pretendía quedarme a dormir con él en su casa, es por eso que escogí un vestido que tenía yo en mi armario, uno que me había comprado en San Diego. Además le había prometido a mi padre llegar antes de las once. Él creía que estaba en una casa de un compañero porque estábamos haciendo un trabajo en equipo de seis personas, que valía un treinta por ciento de la calificación. Por esa razón prometí llegar a casa a dormir.

Me tenía pensando últimamente mucho, ya que las mentiras se estaban terminado. Ya no se me ocurría decirle otra mentira más para poder irme a ver con Cadyk y también, muy seguido, comenzaba a sentirme culpable por decirle una mentira tras otra.

Pensé que por traer el collar que él me compró en la subasta me iban a mirar raro, pero no, es más; la mayoría de las personas también tenían cosas de valor, no era la única.

Mi Chico © [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora