Capítulo 53

1.8K 187 98
                                    

“Siete Días Para Saber La Verdad.

Un Día Para Hablar Con Él”


Me ardían los ojos y mi pecho no dejaba de subir y bajar. Sentía que todo se había acabado o que al menos ya nada tenía solución. A parte no escuchaba nada de lo que me decían mis hermanos, solo sentía su presencia a mi lado, tratando de calmarme y consolarme. ¿Quién se repara de un embarazo no planeado? ¿De algo no deseado?

—Ya, tranquila —decía Víctor sin dejar de pasar su manos por mi hombro, como si me estuviera acariciando—. Encontraremos una solución —eso se suponía que debía ser reconfortante, porque me decía que no me dejarían sola.

Ya había llorado por mucho tiempo. Si no paraba ahora mismo, para cuando llegara papá de trabajar me vería con los ojos hinchados y se daría cuenta que estuve llorando. No quería que nadie supiera nada, más que solo los presentes de mi terrible situación.

Ni siquiera podía respirar bien. Hiperventilaba mucho y no me dejaba decir nada. Me sentía tan mal conmigo misma, sobre todo por lo que estuve luchando todo este tiempo se fue por confiar en unas estúpidas pastillas. ¡Soy una estúpida, estúpida, estúpida!

—¿Están consientes... de lo que significa tener un bebé? —mis lloriqueos no ayudaban en nada, haciendo que lo que dije saliera después de haber tomado fuertes caladas de aire.

—Sí, lo sabemos, pero encontraremos algo que nos ayudará —siguió Catalina.

—Además no estamos seguros —murmuró Jerry, lo cual me llevó a mirarlo como si me hubiera dicho que se ganó la lotería.

—¿A qué te refieres con eso? —mi pregunta hizo a que se removiera en su lugar y contestara.

—He leído que dicen que en esas pruebas de embarazo existe una pequeña posibilidad de que fallen... Quizá falló, quizá no estás esperando un bebé.

Si, pudiera ser. Lo malo es que aunque quise convencerme a mí misma sobre lo que dijo, no fue posible.

—Tengo un retraso con mi regla —aclaré cada vez tratando de contener la calma—. Ya casi hará mes y medio.

Se observaron entre ellos. Fue claro lo que dije y ninguno me pidió más explicaciones porque no podía dárselas a nadie, ni siquiera podía dármelas a mi misma. Sus gestos dijeron todo y para mí fue suficiente, pero la vergüenza me ganó, haciendo que ocultará mi rostro con mis manos.

—¿Qué voy a hacer? —necesitaba de sus consejos.

—Primero que todo, cálmate. De acuerdo, estás embarazada pero yo creo que deberías decírselo a... él —titubeó Víctor.

Alce la mirada y negué repentinamente con la cabeza.

—¡No, no, no y no! ¡Eso jamás! Al menos no por ahora.

—Monserrat, él es el padre de ese bebé, tiene derecho a saberlo —Catalina trató de convencerme, lo cual no lo logro.

—¿Están mal? Cadyk no está listo para ser padre y él me lo ha dicho.

—Tú tampoco estás lista para ser mamá y en cambio estamos aquí todos juntos tratando de encontrar una solución —respondió Víctor como buen hermano mayor, del cual los hermanos menores acuden a él para que los aconsejen.

—No estarás pensando en... ya sabes —habló Jerry. No terminó la frase, en cambio hizo un movimiento con la mano como si estuviera bajando algo—. Ya sabes a que me refiero, ¿no?

Comprendí al instante.

—Oh, no. No pienso abortar. Bueno, no sé. ¡Estoy confundida! No sé que hacer ahora mismo.

Mi Chico © [Completa ✔️]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora