Capítulo 20: Rumores

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DAFNE

PISTA 20. BREAK! - FAZERDAZE

Creo que nunca, en mi vida, me había sentido tan arropada y zarandeada, tan expuesta y abiertamente juzgada. Tampoco creo haber visto nunca a Jon derrumbarse y llorar como un niño, apoyado en mi hombro. Pero todo aquello estaba sucediendo, en el mismo día y de seguido. Y no sabía cómo asimilarlo más que dándole palmaditas en la espalda, mesándole el pelo y aguantando con estoicismo las miradas asesinas y curiosas de las fans que habían roto el cordón policial que finalmente habían montado.

—Que descanse en paz —finalizó el cura, a lo que el resto de gente invitada a aquel deprimente evento respondió algo inteligible.

—¿Quieres decirle algo? —pregunté a Jon que ya se estaba enjugando las lágrimas y recomponiéndose antes de que las cámaras llegaran a nosotros.

Sacudió la cabeza y sacó un cigarro con manos temblorosas, trató de encenderlo con torpeza. Le cogí el mechero con delicadeza y le di fuego esperando una respuesta.

—Era un gilipollas —masculló entre calada y calada—. Quería que le quisieran, encontrar el amor y esas mierdas. Como todos. Pero él... Era inseguro. Mucho, ¿sabes?

—Sí, me acuerdo. Os burlabais de él por eso, pero nunca entendí por qué no conseguía salir con nadie, era guapo y buen tío.

—Ya. Siempre pasa eso. Pero las inseguridades le mataron, el rellenar el vacío con drogas, el perderse poco a poco. Y lo peor es que nos lo tomamos a coña. ¡Todos lo sabíamos! Anoche lo estuve pensando, le di mil vueltas. Fuimos una panda de egoístas. Sabíamos perfectamente lo que se metía, cuándo y cómo, veíamos que cada vez estaba más callado y se alejaba de nosotros un poco más. ¿Y qué hicimos?

—Nada, vivir vuestras vidas, tomar vuestras decisiones —suspiré entendiendo su malestar.

Jon parecía superado por todo, al borde de la autocompasión. También peligrosamente cerca de la culpa, culpa por algo en lo que él no se podía responsabilizar de ninguna manera.

Su pulso temblaba ligeramente y tenía los ojos enrojecidos.

—Exacto. ¿Y ahora le lloramos? Y nos hacemos llamar amigos, pero...

—Pero eso no está mal Jon —refrené sus comentarios dolidos y busqué su atención, quería que me mirara a la cara y escuchara bien clarito lo que opinaba—. ¿Él te pidió ayuda? ¿Le viste tan mal como para ofrecérsela? No me creo que tú o Hans no hayáis estado en situaciones parecidas, es sabido por el mundo entero lo de tus desfases en las fiestas durante los últimos meses. Ahora, con la distancia y el dolor reciente seguro que lo ves todo como una llamada de atención, pero en el momento hiciste lo que podías, lo que creías adecuado. Y eso es suficiente, sufre por lo que puedes controlar, no por el pasado; ya no hay forma de cambiarlo.

—Joder con la psicóloga. —Se rio con ironía dando una nueva calada al cigarro, luego cabeceó como dándome la razón—. Aún así, no sé. Todo esto me tiene revuelto. Y ahora que ya está bajo tierra — dijo señalando al hoyo donde estaban metiendo el ataúd mientras todos se despedían y aparentaban estar compungidos—, vamos a seguir con nuestra vida. La parejita con el bebé, yo a lo rockero deprimido y Megumi haciendo de jefaza. Tú te irás a tu casa, Telmo a Madrid y todo volverá a su sitio; menos él.

Me miraba desconsolado, con una profundidad insoldable. Estaba experimentando algo para lo que no estaba preparada, no cuando yo era la primera que había gestionado mal la pérdida de un ser querido.

Quería abrazarle, besarle, decirle que llorara y que siguiera adelante. No quería verle así de hundido, no quería verle sufrir.

—Pues haz algo para recordarle. Si tanto te atormenta asegúrate de cambiar las cosas, no sigas sus pasos y dale un nuevo rumbo a todo. Haced que continuar con el grupo sin él sea un tributo a su memoria, que su muerte prematura no sea la de The Dumps también. —Tomé aire pensando en lo que iba a decir a continuación y luego hablé—. Y a mi me tienes a una llamada de distancia, después de lo de anoche deberías saberlo.

El día que te olvide 2 © ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora