El amor es un sentimiento hermoso cuando dos almas gemelas se encuentran en el mejor momento y de la manera menos esperada.
Una persona puede enamorarse con un encuentro inoportuno en la biblioteca o con una gran declaración junto a un ramo de ro...
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Ya finalizaba la última clase del día, mientras guardaba mis pertenencias la voz de Mr Reginald se escucho en el salón.
—Que bueno que todavía no se haya ido Miss Elina , debe acompañarme, la directora quiere hablar con usted—
Lo único que pensaba en aquel momento es el percance que tuve en las primeras horas. Miss Anne y Miss Jane me lanzaron una mirada de preocupación.
—Todo estará bien— Susurró Anne acompañada de una pequeña sonrisa que me transmitía un poco de tranquilidad pero no duró mucho tiempo ya que mi corazón volvió a latir con rapidez mientras caminaba detrás de Mr Reginald.
Al llegar a la oficina perteneciente a Miss Relish tan solo me tocaba esperar el permiso para poder ingresar. Cuando Miss Relish llamó a mi nombre abrí la puerta con mis manos temblorosas y proseguí a tomar asiento.
–Bien Miss Elina , ya debe saber porque está aquí...—
—Fue mi culpa y lo lamento tanto— Interrumpí.
—No debí haber dicho esas cosas y menos haber respondido a un maestro, estoy sumamente arrepentida y no volverá a pasar le doy mi palabra—
El rostro de aquella mujer solo reflejaba asombro ante mi actitud.
—Miss Elina pero ¿A que se refiere? Yo la mande a llamar para que pueda darme algunos datos de usted y así terminar con su inscripción—
Nunca había sentido tanta pena en toda mi vida , era el primer día y ya había montado muchos espectáculos.
Junto a Miss Relish hablamos por un buen rato , los malentiendos aclarados , las disculpas aceptadas y los datos que faltaban fueron el tema de conversación.
—Le tomaré su palabra Miss Elina , si vuelve a pasar algo similar en el futuro no dude en acudir a mí— La verdad , la amabilidad de parte de la directora me dejó pensado , en el momento en que Mr Reginald me recogió para venir a ella ya estaba prepara para decirle a mi madre que a su hija querida la habían sancionado o aún peor la habían expulsado. Pero todavía no lograba entender lo que había ocurrido.
Ya el sol estaba escondiéndose y unas pequeñas estrellas empezaron a mostrar su belleza en ese infinito cielo. Al llegar a mi habitación me dispuse a contarle todo lo sucedido a mi madre , omitiendo las partes, obviamente, en donde Mr Aidan aparecía. Con mi madre éramos grandes confidentes , no le guardaba ningún secreto pero yo sabía que no le agradaba la idea de que un muchacho, y menos de la clase alta, se relacionase de alguna manera conmigo. Hablamos hasta que el cansancio nos venció a ambas.
