𝘞𝘢𝘬𝘢𝘵𝘰𝘴𝘩𝘪 𝘜𝘴𝘩𝘪𝘫𝘪𝘮𝘢.

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Tus manos frotaron perezosamente tu rostro cansado, te dolía la cabeza, pero eso no era novedad. ¿La causa del dolor? El llanto de un niño, que luego se le sumó otro llanto y luego otro más. Se trataba de sus hijos, Satori, Semi y Sayori, que estaban durmiendo, pero el llanto fue como un efecto dominó, comenzó uno y cayeron todos.

Tú ya estabas cansada, así que le pediste a Ushijima que los vaya a calmar. No era muy difícil, ya que era tarde y todavía tenían sueño, solo los tenía que cargar a los tres al mismo tiempo y calmarlos. De a poco, sus voces se dejaron de oír, así que miraste a las escaleras y viste a tu esposo bajarlas, con la misma expresión de cansancio que la tuya. Se tiró en el sofá contigo encima de él y siguieron viendo la televisión, pero soltó un pequeño gruñido y acarició tu cintura. Automáticamente supiste que quería, estaba cachondo y te estaba pidiendo que lo hagan.

─ ¿No estás cansado, cariño? ─ Viste sus ojitos brillantes y negó, escondiendo su rostro en tu cuello y dejando besos húmedos ahí.
─ No lo sé, siempre que lo hacemos los niños nos interrumpen, además no sé si voy a poder estar muy callada.

Acariciabas su pecho y sus manos bajaron a tu short de pijama, el cual te sacó. Agarró tu culo, masajeándolo a su gusto, y ya sabías que no había escapatoria, cuando Ushijima quiere hacerlo no hay quien lo pare, excepto sus hijos.

La posición en que estaban te dejaba sentir su erección en todo su esplendor, así que comenzaste a frotar tu núcleo húmedo en él, mojando de a poco sus ropas. El castaño no hacía nada, solo admiraba el desastre en que te estabas convirtiendo por tu cuenta. Sintió como tu cuerpo temblaba y no aguantó más, se deshizo de sus ropas junto con las tuyas y te sentó en él, deslizándote poco a poco en todo su largo.

Al principio dolía, ya que hace mucho no tenían sexo y realmente lo extrañabas. Cuando lo tuviste casi todo dentro, comenzaste a saltar, usando de soporte los pectorales de tu esposo para hacerlo mejor. En todo este tiempo, Wakatoshi no apartó las manos de tu culo, su agarre fue mayor y te ayudó en tu trabajo. Poco a poco sentías como su pene te abría más y más, llegando muchísimo más profundo y logrando tener todo su miembro dentro de ti.

¡U-Ushi..jimaAh~! ¡Me s-siento llena por dentro! ¡Oh~!

El placer que sentías era demasiado, pero el mayor no iba a parar, se había dado cuenta de que llegó muy profundo. ¿Cómo se dio cuenta? Solo había que mirar tu abdomen y notar un bulto en él, que se hacía visible cuando entraba en ti.

Tu orgasmo llegó y no pudiste evitar gemir fuerte ante eso, pero Wakatoshi todavía no estaba ni cerca de su liberación, así que tomó tus bragas del suelo y te las puso en la boca, callando todo sonido que saliera de ahí. Sus manos agarraron tu espalda y te tiró al sofá, una de tus piernas fue a su hombro y aumentó el ritmo de sus estocadas.

La sobreestimulación te estaba volviendo loca y las lágrimas no tardaron el salir. Abrazaste la espalda de tu esposo, rasguñándola, y viste como eso lo excitaba aún más. Golpeó varias veces tu punto dulce y se liberó por completo dentro de ti, haciendo que tuvieras un segundo orgasmo, pero mucho más excitante. Ambos jugos se mezclaron y salió lentamente de tu interior, dejándote un triste vacío y sintiendo como mojabas el sofá debajo de ti.

El castaño te tomó en brazos y fueron al baño, no sin antes asegurar que no habían despertado a ninguno de sus hijos. Llenó la bañera de agua templada y se hundieron ahí, relajándose y dándose mimos entre sí. Tu dosis de serotonina fue liberada esta vez de otra manera al tener sexo con tu esposo y te encantó, después de todo, cuando empezaron con su relación, tenían relaciones sexuales muy seguido y por tanto experimentar, terminaron con tres preciosos bebés.

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⤷ 𝙃𝙖𝙞𝙠𝙮𝙪!! ✧ 𝙊𝙣𝙚 𝙎𝙝𝙤𝙩𝙨.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora