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Soy Lucia Ferrey quien siempre he dicho que nunca perdería el tiempo en enamorarme hasta que me encuentro a ese chico extranjero de ojos grises lla...
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Andrés Briver: Pasos… pasos… pasos y ya en cuestión de segundos mi abuelo se encontraba en la sala junto con nosotros, con un rostro algo estresado y eso ya me estaba preocupando porque siempre es alegre y algo travieso.
De pronto Lucia se puso un poco nerviosa, parece que no está acostumbrada a encontrarlo así.
―Bueno ya era hora de retirarme, así que con su permiso me despido ―desde cuando es tan educada.
―¡Espera Lucia! deja que Andrés te lleve en mi auto, no falta nada para que empiece a llover ―sugirió mi abuelo.
Bueno por mí está bien pero con la cara de ella parase que no quiere incomodar. De seguro se va a negar, así que la agarro del brazo y le digo ―Vamos.
―Oye no quiero molestar ―me dice en voz baja.
―Lo sé, para que me conozcas un poco más recuerda que yo soy muy observador. Pero estate tranquila que no molestas.
Cuando ya estábamos de salida escucho a mi abuelo decir a lo lejos ―Andrés tengo que hablar contigo así que no te demores.
―Está bien no me voy a demorar.
Ya íbamos a mitad de camino y empezó a llover el sonido de la lluvia retumbaba en el techo del auto y en los cristales empezaba a mostrar pequeñas gotas de agua que se escurrían poco a poco. Cuando de pronto la escucho suspirar.
―Lucia que te pasa, no me digas que ahora te arrepientes de lo que hemos hecho.
―Para nada es todo lo contrario.
―Entonces podemos volver hacerlo ―le digo guiñándole un ojo y al instante ya estaba sonriendo.
―Ni se te ocurra ―exclamó, pero ya estaba un poco más alegre.
Que fácil es ponerla feliz, con un simple comentario y ya esta así.
―Que asunto crees que tu abuelo quiere hablarte, cuando me recibió en la entrada esta tan feliz, pero cuando volvió estaba un poco angustiado.
―No lo sé, no siempre me lo encuentro con ese tipo de humor, a menos que sea por… ―¿Por qué? ―preguntó. ―De verdad que no sé, cuando vuelva le preguntaré.
Se quedó un poco confusa, pero no es de mi agrado hablar cosas sin sentido.
Al llegar Lucia ve a un señor que se encontraba en la entrada de su casa, cómo si estuviera esperando a alguien.
―Oh no Andrés escóndete.
―Es imposible que me vea a esa distancia, ¿pero quién es?
―Mi padre, si me ve saliendo del auto de alguien más se vuelve irritante.
―Así que ese es mi futuro suegro.
―¿Futuro? Ni lo sueñes.
A veces me pregunto de ¿cómo tiene el don de provocarme? y lo peor no tiene límite, nunca se sabe la sorpresa que te pueda dar sus palabras.