33.Regalo inolvidable

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Lucia Ferrey:La mirada profunda de la madre de Andrés me deja sin palabras

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Lucia Ferrey:
La mirada profunda de la madre de Andrés me deja sin palabras. A penas puedo respirar.

Estamos hablando a solas, después de ordenar a su hijo que bajara para atender a las visitas. No tengo palabras para describir lo aterrada que estoy, como si hubiera cometido un delito y estoy a punto de recibir mi condena.

―Voy a ser directa contigo ―ya su tono de voz había cambiado con un poco de más seriedad― quiero que te distancies un poco de Andrés.

Ok, qué más puedo decir, solo quiero responder de una sola vez, pero hasta la lengua se me empieza a enredar. Creo que es la primera vez en mucho tiempo que estoy tartamudeando.

Empiezo a toser para disimular mis nervios.

―¿Por qué usted quiere que me distancie de su hijo? ―demuestra una pequeña sonrisa, relajando la expresión seria que tenía.

―Al tener una relación contigo, está interfiriendo sobre sus planes de volver a Alemania —ya me lo imaginaba, pero lo que más me sorprende es ver la serenidad con la que dice aquellas palabras; como si fuera una conversación pacífica.

Suspiro profundamente

―Ni nuestra relación, ni yo. Le estamos interfiriendo en sus decisiones. Andrés no es el tipo de persona que se deja influenciar por otras bocas, él siempre ha sido decidido con sus propias metas y yo no soy nadie para hacerle cambiar de opinión. Lo siento —me paso la mano por el cabello para liberar un poco de tensión— pero ha hablado con la persona equivocada. Aunque le daré el gusto de distanciarme de su hijo como lo dice, pero veras que eso no logrará nada.

―¿Te creés muy autosuficiente? ―con solo ese comentario ya me hizo enojar por completo.

Aunque no niego que a veces sin pensar me comporto así.

―No, solo digo lo que pienso, pero si eso significa que soy autosuficiente entonces lo soy ―ya estoy cansada de lo mismo, tanto mi padre como ella.

Algún día podre ser feliz sin ningún impedimento familiar. No lo creo.

Salgo de aquella casa sin mirar hacia atrás, el enojo ya estaba consumiendo todos mis pensamientos. Solo faltaba el poder desquitármela con alguien.

Llego a mi casa y me encuentro a mi madre en la entrada de casa.

―Mamá que haces aquí —me sorprendo.

―Estoy un poco aburrida ya que todos salieron ―ambas entramos mientras charlábamos.

No hay alegría más grande que pasar una tarde con mi madre a solas.

Si eso es lo que pensaba antes que sonara el timbre de la puerta de mi casa y cuando la abro, era Andrés.

Me sorprende verlo justo delante de mis ojos y no poder verlo directamente, ya que no tengo cara para enfrentarlo en estos momentos.

Todo comenzó con tu mirada {#1} ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora