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Soy Lucia Ferrey quien siempre he dicho que nunca perdería el tiempo en enamorarme hasta que me encuentro a ese chico extranjero de ojos grises lla...
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Lucia Ferrey׃
―Lucia, estas consciente de lo que estás diciendo.
―Acaso quieres que descubran que dormiste aquí.
―¿Qué estás tratando de decir? ―me acerco, para verlo de cerca, envolviendo mi cuerpo con la sábana― no tengo la culpa de que Javier esté aquí y tampoco tengo la culpa de que tú, tengas esos celos patéticos que no te dejan pensar.
Me dirijo al baño a cambiarme y a refrescar mi cabeza. No quisiera discutir con él, pero desde que apareció Javier nuestra relación se ha vuelto tensa. Siempre con esos ridículos celos posesivos. Me miro al espejo y observo aquel estado desastroso en el que me encontraba. Maquillaje corrido, cabello despeinado y un rostro deprimente, con un gran dolor de cabeza por beber mucho ayer.
Pero la gran pregunta fue.
¿Cómo Andrés pudo acostarse conmigo en este estado?
Acaso tiene problemas en la vista y no me he dado cuenta o le provoqué tanto anoche que no se contuvo hoy por la mañana.
Cuando termino de arreglarme, salgo de ahí me lo encuentro ha recostado a la pared.
―Lucia ―me mira a los ojos poniendo ambas manos en mi cara― no siempre estaré ocultándome desde las sombras para que tu padre no me descubra, tienes que ser sincera contigo misma y acaba de darle una respuesta definitiva a ese imbécil.
―Está bien, pero aunque sea por una vez confía en mí ―le doy un beso en los labios.
―Oye no crees que te hayas vuelto un poco más atrevida desde ayer.
―Siempre he sido así con las personas que quiero.
―Algo me dice que eso es una confesión.
―Nunca he dicho que lo sea ―en su rostros empieza a mostrar su bella sonrisa.
Andrés si supieras que siempre he sido sincera conmigo misma, pero nadie ha querido creer en mis palabras. De seguro porque muestro una buena personalidad, cuya personalidad nunca he tenido.
Salimos y le guío el camino para que salga por la parte de atrás de la casa. Antes de despedirnos le digo.
―Ya Javier es parte del pasado, ahora solo quiero vivir bonitas experiencias en el presente contigo.
―Será que me cambiaron a la Lucia que yo conozco ―esa sonrisa que había desaparecido hace un instante, vuelve.
Me dirijo a abrirle la puerta a Javier después de despedirme de Andrés.
Esta parece ser unas de esas escenas en las películas cuando el amante tiene que salir por la ventana porque el esposo está entrando por la puerta.
Tengo que darle una respuesta definitiva a Javier porque esto no puede seguir así. Antes era un triángulo amoroso entre Natalia, Javier y yo en el que siempre salía perdiendo, pero ahora todo se está volviendo en mi contra, después de salir de ese triángulo mucho antes de lo esperado.
