Lucia Ferrey׃
Recuerdos son aquellos que pasan por tu mente cuando menos lo esperas, algunas personas prefieren olvidar esos recuerdos de acontecimientos demasiados tristes o son los principales promotores de ocasionar varios traumas a las personas. En mi caso esos recuerdos quisiera que estuvieran en mi memoria para siempre porque son los que me impulsan a no cometer el mismo error dos veces, ellos me da la evidencia de lo fuerte que soy tanto mental como físicamente. Sin esos recuerdos no sería la Lucia de ahora.En estos momentos me encuentro al frente del chico que tanto daño me hizo en la secundaria, el promotor de todos esos recuerdos tanto lindo como feos que he vivido.
―Lucia te presento a nuestros nuevos invitados el señor Orlan Ambros mi nuevo jefe y su hijo Javier ―me los presenta mi padre con toda esa mayor educación que yo nunca había visto en él.
―Un gusto de conocerte Lucia ―me dice Orlan― el gusto es todo mío ―le digo.
Desvió mi mirada hacia Javier que se encuentra a su lado con una gran sonrisa ―Tanto tiempo sin vernos Lucia, has cambiado mucho casi ni te reconozco ―me lo dice sin ocultar su emoción― lo mismo digo― le digo tratando de aguantar esa ira que me ha consumido hasta ahora.
―Lucia así que conoces a Javier ―me dice mi padre y yo acierto con la cabeza.
―Nos conocemos desde la secundaria ―dice Javier.
Oye entiéndelo no quiero que me vuelvas a recordar el pasado.
―Vaya que coincidencia me imagino que tendrán mucho de que conversar ―me dice su padre.
―Si, Javier podemos hablar ―me le acerco y le susurro― en privado.
Nos dirigimos hacía un pequeño jardín que se ubicaba a la entrada de la casa y nos sentamos en unas sillas.
―Lucia te extrañé mucho ―me dice tocando un mechón de mi cabello largo.
―Que parte de que no te quiero ver no entendiste, ya me has humillado bastante y ahora te apareces en mi casa como si fuera una coincidencia ―le digo apartando su mano de mi cabello con una mirada llena de furia.
―Cuantas veces ya me he disculpado contigo ―me agarra el rostro con una mano y me guía para que lo mire de de cerca― deja de ser rencorosa y perdóname, no me gusta verte molesta y mucho menos por mi culpa. Qué tal volver a ser amigos como antes de esos que nos contábamos de todo y olvidar ese malentendido que tanto nos distanció.
―¿Volver a ser amigos? ¿Malentendido? Ese fue siempre tu error, no te das cuenta de lo que puede pensar los demás de tus propias palabras y acciones. Crees que todo es de lo normal mientras los demás lo pueden malinterpretar ―le digo tragando grueso al sentirme nerviosa de sus propios gestos.
―Ves, cómo puedo perder a esa amiga que no necesita palabras para entender lo que en verdad pienso ―habla en tono de súplica brindándome una pequeña sonrisa traviesa.
―Javier ponte en mi lugar, ¿alguna vez te has interesado en saber lo qué pienso? ¿alguna vez te preguntaste por qué te entendía a la perfección? ¿cuándo me distancie de ti preguntaste alguna vez por qué lo hacía? No verdad y ahora vienes después de pasar tanto tiempo a disculparte, ¿y entonces de qué tú te disculpas? Por ese malentendido que surgió por nuestra falta de comunicación. Pierdes el tiempo si es así.
Jamás lo he visto tan triste y pensativo como ahora, yo también quisiera retomar esos lindos recuerdos que pasamos juntos, pero es ahí donde me doy cuenta de que solo lo que queda entre nosotros son recuerdos y de mi parte un amor no correspondido.
―Lucia es que yo te quiero y no te quiero perder ―vuelve a decir esas palabras que no sé cómo interpretarlas.
Por favor Javier no me sigas dañando más mis sentimientos no ves que ya te estaba superando.
―Y por lo que veo sigues vistiéndote de blanco que tanto me gusta ―por poco caigo de nuevo en sus palabras pero ya no voy a ser la de antes.
―Ya alguien ha ocupado ese espacio que dejaste en mi corazón ―le digo con toda la confianza que puede haber en mi en estos momentos.
―Entonces eran verdaderas mis sospechas.
―¿Sospechas?
―Cuando te vi de cerca me fijé que tenías una marca en el cuello, ¿de seguro fue él verdad? ―no me había percatado de la marca que me había dejado Andrés, así que rápidamente la tapo con mi mano.
―Ya lo entendí todo no hace falta que me lo expliques.
De pronto escuchamos la voz de su padre que le gritaba a lo lejos cerca de su carro porque ya se iba.
―Ya me tengo que ir, solo te voy a decir que no es coincidencia que me hayas encontrado hoy en tu casa, cuando descubrí quien era la hija de quien mi padre hoy iba a visitar no lo pensé dos veces en venir. Así que fue con toda intención verte en el día de hoy ―habla cariñosamente dejándome un pequeño beso en la frente y con la misma se alejó rápidamente.
No sé cómo interpretar esas palabras, está interesado en mí o solo se quería disculpar. Si la respuesta es la primera ha llegado demasiado tarde porque cuando de verdad lo necesitaba nunca estuvo a mi lado al contrario me trató como una verdadera estúpida. Y si la respuesta es la segunda yo ya lo había perdonado mucho antes de haber recibido una disculpa por su parte.
A veces me pregunto si él fue mi motivo por no creer en el amor o es solo una conclusión que mi propio cerebro se dispuso a pensar. Solo sé que no quiero volver a sufrir por nadie porque la verdad que no lo merezco.
Voy entrando a la casa cuando me encuentro a mi padre con una gran sonrisa en su rostro así que me le acerco y le pregunto.
―¿A qué se debe esa alegría?
―Ese chico con el que hablaste parece ser buena persona y proviene de una familia adinerada. Su padre y yo nos hemos puesto de acuerdo para que se vuelvan a reencontrar.
―Ahora no solo te vas a entrometer en que universidad elegir sino que también en la relación que debo tener.
―Muchas ya quisieran tener una vida como la tuya Lucia.
―Eso era en la antigüedad, recuerda que estamos en el siglo XXI y lo moderno sería que las mujeres busquen por sus propias decisiones de con quién estar.
―¿Por qué siempre me estas rebatiendo todas mis sugerencias, ya está todo aprobado y no hay marcha atrás. Si tienes alguna queja en contra trágatela porque no me vas hacer cambiar de opinión esta vez.
―Yo soy tu hija... ―le exclamó en llantos― cómo puedes tener tan poca sensibilidad, me tratas solo como una muñeca a quien solo alimentas y le das un hogar ―suspiro después de desahogarme― sé que con berrinches no voy a conseguir nada solo te diré que no aceptare todos tus caprichos.
Salgo de la sala dirigiéndome hacia mi cuarto escuchando los molestos gritos de mi padre.
Cierro la puerta con fuerza y le respondo con el pensamiento, no te das cuenta que no te escucho.
¿Por qué mi vida siempre ha sido un carrusel lleno de emociones?
★Nota de la autora★
Holis como todos los martes aquí les traigo otro capítulo espero que los disfruten.
Me gustaría saber sus teorías de Lucia con Javier.
Si quieren saber su pasado no se olviden de dejármelo saber en los comentarios 👇
Hasta la próxima ~~~~~~~~~~~
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Todo comenzó con tu mirada {#1} ✔
Novela JuvenilMiradas... Seducciones... Retos... Soy Lucia Ferrey quien siempre he dicho que nunca perdería el tiempo en enamorarme hasta que me encuentro a ese chico extranjero de ojos grises lla...