— ¡Bienvenidos!—grito Hada cuanto estábamos delante de la puerta, ella nos abrió entusiasta, como siempre.
— gracias— dijimos ambos al unisone.
— creí que tomarían otra semana.—dijo Hada abriéndonos paso para entrar.
Había tanta calma que lo creía imposible.
— por fin volviste— mire a mi padre salir de la sala y acercarse a mí para abrazarme.
— papá— lo llame— creí que ya no te encontraría al volver— dije.
— queríamos esperar tu llegada— dijo ayudándome con mi maleta.
— ¿en donde esta William?—preguntó Drácula.
— oh bueno...— intento explicarse Hada.
— ¿paso algo?—pregunte.
Ella miro a mi padre y este pareció captar la indirecta pues tomo nuestras maletas y se retiro con la escusa de que iría a hablar con Santiago.
— lo lamento, fue ayer en la noche— empezó.
Y no era buenas noticias, porque la luna de miel había acabado y ahora estábamos entrando a nuestra realidad, a nuestro día a día.
Lowell Collins no se cansaba, pero ahora veía su objetivo más claro que el agua, él querría arrebatarme mi felicidad, la de su hermano y la de todos, felicidad que él desea y no tiene.
Felicidad que el jamás tendrá, y no porque alguien se la haya quitado, sino porque él no se lo permite.
Baje del auto y mire mi casa, la casa que con tanto esfuerzo Drácula y yo habíamos acomodado a nosotros, quería que cuando volviéramos poder ocuparla y tener ambos nuestro espacio.
Pero eso no eran los planes de Lowell.
— Nuestro hogar...— dije a Drácula.
William caminaba hacia nosotros con tristeza.
— lo lamento— dijo William.
Él sabia lo importante que era para mí. Di un paso adelante y observe la casa, todo estaba hecho trizas, el fuego había consumido parte de la casa.
— mi jardín...— dije casi en susurro, más para mí.
— será mejor que no entres, algo podría caer— dijo William acercándose a mí.
Lo ignore y entre con cuidado a la casa, adentro todo era peor, Lowell entro y lo quemo todo, al salir al patio trasero observe mi jardín.
Las tulipanes, hortensias, petunias y mis bellas rosas se habían quemado.
Di un paso más y sentí pisar algo, al bajar la mirada retrocedí y me agache recogiendo una rosa, estaba intacta.
— Jane...— escuche a Drácula detrás de mí.
ESTÁS LEYENDO
La Esposa de Drácula |
VampireTres almas huyen del pasado para vivir, para no morir. Sus almas reencarnar volviendo a encontrarse, la tragedia no los deja y el amor que ambos se tienen tampoco, el pasado ataca de la manera más cruel buscando acabar con sus almas y con sus seres...