La Esposa de Drácula |

VI

— Volvi-— me detuve al ver una maleta en la entrada.

— ¿pasa algo?— peguntó Kendal entrando detrás de mí.

— si...— mire a Darios salir de la cocina.—¿Gadiel?

— en la piscina— le entregue las bolsas y salí apresurada al patio de atrás, abrí la puerta corrediza y lo observe ver el bosque con frustración. 

— ¿pasa algo?— pregunte acercándome a él.

— Santiago llamo.

— ¿pasa algo? ¿Salome esta bien?— Gadiel tomo mis hombros para que lo viera.

— ella esta bien.

— ¿entonces por qué llamo?

— llego una carta a nuestro departamento.

— de transilvania me imagino.

— tengo que ir ahora— me aleje de él.

— ¿hablas enserio?— inquirí molesta— acabamos de llegar y ya te quieres ir, esto es frustrante Gadiel. 

— es urgente.

— Todo es urgente cuando se trata de ellos, deja que los conozca y los pondré en su lugar— dije acusándolo con mi dedo y golpeando su pecho, él tomo mis muñecas mientras reía.

— pronto podrás ponerlos en su lugar, pero no quiero dejarte aquí....

 —¿por qué?

— una vez deje a la mujer que amaba en manos equivocadas, no dejare que vuelva a pasar....

— pero quiero quedarme...— me queje mirándolo a los ojos— estaré bien, Darios no me hará daño, estará Iris y Kendal, eres testigo de lo mucho que cuidan de mí.

— no se si sea buena ide-

— a donde quiera que vayas, no tienes que preocuparte, yo la cuidare...— la actitud de Gadiel cambio volviéndose más frió al escucharlo.

— no confío en ti.

— pero Jane si— ataco.

— estaré bien, ve y pronto nos reencontraremos en nuestro departamento— dije a Gadiel.

Gadiel dejo de ver a Darios para verme a mí.

— déjame solo con ella— dijo Gadiel haciendo que Darios se fuera.—ten—del bolsillo de su pantalón saco un pequeño cuchillo, tomo muñeca y puso el cuchillo en la palma de mi mano.—si alguien intenta hacerte daño... No dudes en usarlo.

— ¿pero quien me haría daño? son mis amigos Gadiel, ellos no me lastima-— estrello sus labios contra los míos.

Acaricie su mejilla y lentamente se separo de mí.