Tres almas huyen del pasado para vivir, para no morir.
Sus almas reencarnar volviendo a encontrarse, la tragedia no los deja y el amor que ambos se tienen tampoco, el pasado ataca de la manera más cruel buscando acabar con sus almas y con sus seres...
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Me acerque corriendo al celular de recepción, llamaría a Drácula y luego a la policía, sin embargo al marcar no sucedía nada.
— cortaron la linea— dije al doctor.
— ¡papá!— Darlys apareció por el corredor lanzándose a los brazos de su padre.
— hija— dijo este abrazándola.
Ben apareció por detrás y yo me acerque a él.
— ¿acaso es...?—pregunte.
— es uno de ellos, si no mal recuerdo el hermano de tu prometido— dijo molesto.
— Lowell.
— corto lineas telefónicas, juega con nosotros y ha matado a dos personas— lanzo Ben.
— ¿es un asesinó?—preguntó el doctor.
— lo es— dije para no asustarlos, aunque ellos ampliaron los ojos sorprendidos, era mejor pensar que era un simple asesino, aunque Lowell era peor que eso.
— ahora hay que procurar encontrar ayuda— dijo Ben.
— tengo mi celular en la oficina, no usa cable y eso servirá— asentí a lo que dijo el doctor.
— es peligroso papá— dijo Darlys negando— no te dejare ir.
Él bebé.
— Doctor— dije asustada— Helen antes de morir menciono algo sobre su esposo, creo que es el hombre que esta detrás de esto, es un psicópata.
— un bebé, nosotros, todos están en peligro si ese sujeto anda suelto— dijo el doctor preocupado.
En ese caso, camine de vuelta a recepción y prendí el micrófono.
— cierren la puerta con seguro de cada habitación, estamos en una crisis y lo que menos queremos es heridos, por favor manténganse a sal- — la luz se fue.
— es por la lluvia— dijo el doctor— iré a poner la energía de respaldo.
— Papá no vayas solo— dijo su hija.
El doctor se acerco al guardia y le arrebato su arma.
— ustedes tres protéjanse, yo buscare ayuda ¿de acuerdo?
Asentimos, quizás porque era un hombre mayor a Darlys le generaba seguridad, incluso por el hecho de que era su padre. Pero yo, está muriendo del miedo.
Un grito de una mujer logro poner mis pelos de punta.
— Hay que ir a escondernos, aquí somos los más probables a morir— dijo Ben.
Asentí tomando la porra del guardia.
Ben iba adelante de nosotros, viendo la habitación de los pacientes, algunos ya se encontraban encerrados pero la de otros como niños y ancianos no.
