Capítulo 5 Simplemente Él

63 7 1
                                    


Es domingo amo los domingos, pero no sé si siga siendo así ya que no solía hacer nada solo leer en el patio de atrás de casa.

pero ahora que comencé la universidad solo podre ayudaré a mi madre por las tardes en su tienda y si de algo estoy segura es que los Docs de la universidad se empeñarán en que mi tiempo libre en domingo se termine.

No sé porque pero la voz ronca e irritante de Loren diciendo esas palabras rondan mi cabeza, <<No es Mi tipo>> solo recordarlo me causa gracia pero debo admitir que en el fondo y solo muy en el fondo siento enfado.

De nuevo la idea de plantearme frente a él y decirle que él tampoco lo es, invade mi mente, el presumirle que mi chico ideal lo tengo a la par a unos pasos de mi sería una buena idea, pero no quiero que note que sus palabras me afectaron así que solo lo dejare pasar.

Sofí irrumpe en mi habitación quien me avisa que el desayuno está listo.

—¿Qué hay para desayunar? —Es lo primero que pregunto

—Wafles —Me responde rodando los ojos y bajando las escaleras a toda prisa, comemos wafles los domingos porque papá es quien cocina y esa es su mejor receta, los hace tan suaves como un algodón de azúcar, tratamos de comerlos con el mismo entusiasmo desde hace años atrás para que no se sienta decepcionado, y comemos cosas saladas el resto del día por que en la cena volvemos a comer wafles, papá siempre trata de hacernos felices porque la mayor parte del tiempo está metido en su trabajo como abogado, los casos lo estresan tanto que incluso cuando descansa su tiempo libre lo emplea en su estudio de trabajo o haciendo llamadas.

La señora Marta hace su entrada por la puerta de la sala, viene con los cabellos revueltos y el rímel fuera de lugar, en otras palabras, está completamente borracha, todos estamos atónitos, pero mamá sale a recibirla.

—¡Señora Marta! —Mi madre la sienta en el sofá más grande de la sala para así sentarse junto a ella, nosotros con Wafles en la boca hacemos circulo alrededor de ella, incluso papá estaba intrigado para saber que paso, le decimos señora, porque la apreciamos y respetamos mucho, incluso mi padre la trata como a una madre, fue su niñera también durante mucho tiempo

—¿Se siente bien? —Papá le pregunta bajando el último pedazo de wafle por su garganta

—¡Me siento horrible con esta jaqueca!

—pero Marta tú no bebes —Mi hermana le pregunta acercándose y abrazándola, ella es la única que tiene permiso para llamarla simplemente por su nombre

—Sí ya se, es por eso que voy a dejar de ir al club de ajedrez, y doy mi palabra de no hablarle nunca más a la señora Majo —Marta abraza a Sofí y todos nos vemos la cara

—Bueno quiero saber toda la historia una vez regrese de la tienda —Mi madre se levanta y me pide que vaya con ella, sé que Sofí será suficiente compañía para Marta, es tan madura que le dará sermones para que cumpla su promesa.

—¿Puedo conducir? —Pregunto a Mamá quien me mira, como diciendo (¿En serio TN?) no protesto por miedo a que mamá me eche en cara el auto que estrelle en la cerca de los vecinos, que gracias a Dios no presentaron cargos, pero estuve castigada durante meses, lo único que agradezco es que Joseph no era mi vecino en ese entonces.

Al llegar a la tienda notamos que ya hay chicos esperando a que la tienda abra, a toda prisa mamá y yo corremos para atenderlos

—Buenos días —Expresan todos al unisonó

—Buenos días —Responde mamá al gesto tan amable de esos chicos, nos reciben con entusiasmos y nos comenta que se alegran de que abramos los días domingos

EL HEREDERO De W.PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora