Cap 8

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El interior de la cafetería no era mucho mejor que su fachada, ambas estaban bastante viejas y parecía que se iba a caer en cualquier momento, pero yo entre como si fuera el lugar más normal del mundo y me senté en la barra. Cinco me imitó y pedimos los cafés.

- Y bien, de dónde eres.- aquello me sorprendió bastante. No pensé que el querría entablar ningún tipo de conversación, pero al parecer estaba equivocada.

- Pues vengo de... - Mierda. Me acababa de dar cuenta de que no había pensado en eso cuando me inventé la historia para Vanya, así que improvise. - La ciudad de al lado.

- Es curioso no te había visto nunca antes.- Dijo mirandome por primera vez desde que inicio aquella conversación.

- Si, en el horfanato no nos dejaban salir nunca.- Analice su expresión buscando algo que me indicara si se lo creía o no.

- Entonces eran extrictos contigo allí?- no me esperaba en absoluto su pregunta, parecía casi... preocupado? No lo creo.

- Si. Bueno, ellos nos daban de comer y un lugar en el que vivir, pero no eran precisamente una familia.- Me desanime un poco pero en seguida corregí mi postura, no podía mostrar ninguna debilidad ante el.

Intente mantener la conversación activa y para mi sorpresa el me habló como si fuera una amiga suya. ESTO ESTA SIENDO MUY RARO. Pero estoy segura de que a mamá le gustará que me lleve bien con el.

Intente sacarle algo útil sin levantar sospechas pero fue en vano.

Volvimos a un callejón cercano a la academia ya que los poderes de cinco no nos podían llevar tan lejos y hicimos como si nada hubiera pasado ante nuestros hermanos. Pero, como no, algo salió mal. Klaus lo noto.

-Oye T/N puedes venir un momento? - Klaus pretendía parecer serio preo la curiosidad y la duda eran algo obvio en su expresión.

- Claro- Nos apartamos un poco de los demás que estaban en el salón y me hizo la pregunta que más temía en ese momento.

-Has estado con cinco?- En su expresión se veía la duda pero también parecía emocionando y no entendía muy bien por que.

-Si, ayer me bebí su café sin saber que era suyo y como no me dejaba en paz le tuve que invitar a uno.- Conteste intentando aparentar normalidad.

- Y el aceptó?!?- Sus ojos se abrieron tanto que pensé que se le saldrían de las órbitas.

- Si, que te pasa?- No se por que estaba prolongando aquella conversación yo no solía socializar, prefería la tranquilidad de la soledad. Supongo que el si que me caía bien.

- Que que me pasa!? Normalmente Cinco te contesta solo lo esencial y evita el contacto con cualquiera de nosotros. Es imposible que el haya aceptado salir a tomar un café contigo.- Arquee una ceja pensativa.
Lo que Klaus me acababa de describir era exactamente el tipo de persona que pensé que era cinco cuando llegue, pero hasta ese momento pensé que me había equivocado con el.

- Pues aceptó y además mantuvimos una animada conversación allí. - Y en ese momento Klaus grito más de lo debido.

- QUE?!?- Todos nos miraron, de una forma tan coordinada que me dio hasta miedo.

- Estáis bien chicos?- nos preguntó Luther con una expresión confusa.

- Si, no os preocupéis. Pero nos vamos un rato a mí cuarto.- Dicho esto le agarre la muñeca a Klaus que aún seguía en un estado de shock y me dirigí a mí habitación.

Cuando llegue empuje a Klaus adentro y cerré la puerta tras de mí.

- Me vas a contar que narices te pasa?- No me apetecía nada tener que explicarles también aquello a los demás (sobre todo porque eran insoportables) y por su culpa casi lo tuve que hacer.

- Lo siento, de verdad. Pero esque sigo sin entender cómo has conseguido que cinco te presté atención.

- De echo yo también pensé que no querría dirigirme la palabra pero fue él el que inicio la conversación.- Por si la cara de Klaus no era suficientemente cómica vi su boca abrirse de par en par.

- Pues como buen cotilla que soy me pongo como meta personal averiguar qué le pasa a nuestro hermanito. - El echo de que dijera "nuestro" me pillo por sorpresa. Sé que técnicamente soy de la familia pero yo a ellos no los consideraba mis hermanos. Aún así le di una sonrisa divertida y le pedí que me mantuviera informada de lo que fuera averiguando.

Cuando Klaus se fue quise encerrarme y disfrutar por fin de la soledad, pero como ya era costumbre, alguien me interrumpió.

- T/N somos nosotras podemos entrar?- desde el otro lado de la puerta Vanya tocaba mi puerta insistentemente, poniéndome irritable.

-Pasad. - En realidad sabía que iba a estar todo el rato de mal humor porque habían venido cuando yo estaba por fin sola, pero igualmente intente disimular mi enfado repitiendo me internamente que tenía que caerles bien.

- Oye hemos pensado que podríamos hacer una fiesta de pijamas, pero solo chicas. ¿Que te parece?- Allison parecía muy emocionada con la idea así que acepte, de mala gana, pero acepté.

Al principio todas estábamos hablando, aunque como yo era muy cortante en seguida las dejé a las dos hablando solas mientras yo me sentaba en mi cama a pensar (fingiendo que las escuchaba).

Un rato más tarde la campanita sonó y por fin puede salir de aquel infierno de cotilleos sin fin.

Cenamos como siempre (en un silencio sepulcral y con la radio puesta) y después fuimos a la cama.

Sin razón [Cinco Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora