Cap 9

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Los siguientes días transcurrieron con calma.

A mi parecer las chicas seguían siendo insoportables pero, a petición de mi madre, seguía reuniéndome con ellas y llendo a sus absurdas tardes de chicas. Después lo único que hacía era ir a mí cuarto, encerrarme, y empezar a maldecir por qué me toco aquella parte de la misión a mí y no a mí hermana. De ellas lo único útil que conseguí fue el echo de que quizás podría usar a Allison y su truquito para mí beneficio.

No hable demasiado con Luther, pero si lo suficiente como para saber que era el preferido de papá.

Diego era demasiado empalagoso, se notaba a quilómetros que le gustaba pero ni loca iba a salir con el, ya bastante tenía con tener que hablarle. Lo único útil que conseguí averiguar de el fue su gran deseo de ser el número uno y que daría lo que fuera por ello.

Klaus y yo nos acercamos cada vez más, hasta tal punto que nos hicimos mejores amigos y, por primera vez desde que llegué allí, no fue por la misión sino porque me caía bien de verdad. De él no pude sacar nada útil para mamá.

Ben me callo bastante bien dentro de lo que cabe, así que Klaus, el y yo solíamos quedar casi todas las tardes y ese era el único momento entretenido del día. Pude averiguar que Ben es bastante más poderoso de lo que pensaba, pero lo desaprovechaba todo por culpa de su timidez.

Cinco... No se realmente que decir de el. Me ha estado hablando mucho (eso si nunca delante de sus hermanos), hemos ido más de una vez a la cafetería a pasar el rato y casi nos pillan en varías ocasiones, y no fue porque me bebiera su café, fue porque nos apetecía. Tampoco era la primera vez que me lo encontraba en los pasillos y me dedicaba una sonrisa de esas que sólo tiene cuando sus hermanos no están. Lo que le puede interesar a mamá sobre el es su poder. He descubierto que es muy poderoso pero el parece desconocer que su poder es también el más riesgoso de todos .

Mi madre me empezó a visitar más seguido asi que cogí un cuaderno y empezé a anotar allí toda la información que les conseguía sacar a los Hargreeves para después transmitírselo todo a mi madre.

También intenté acercarme a Reginald, pero eso era completamente imposible. Los únicos momentos en los que le veía era en los entrenamientos y en las comidas.

Al ver que no podía sacar nada de aquel viejo amargado intente acercarme más a Pogo. Hubiera sido mucho más fácil sacarle información a el, pero Reginald no le contaba mucho. Lo que si pude descubrir era que en el sótano había un ascensor, que llevaba hasta una sala subterránea. Supuse que era importante pero opte por no decirle nada a mamá hasta que no fuera a ver qué habia personalmente.

Un viernes aparentemente común, yo estaba en mi cuarto después del entrenamiento tirada en la cama y pensando en cómo iba yo a entrar en aquel sótano sabiendo que Reginald tenía cámaras de seguridad por todas partes. De repente alguien toco mi puerta.

-Adelante!- Ni siquiera me incorpore pero dejé que quien quiera que llamaba entrase.

-Hola.- Reconocí aquella voz, era Cinco. Me senté en un costado de mi cama y cinco hizo lo mismo. - Oye hoy parece que nada interesante va a pasar así que qué tal si vamos un rato a la cafetería?

- Bueno...- No pude terminar mi frase cuando una alarma empezó a sonar. Vi como Cinco se levantaba rápidamente y se disponía a salir corriendo de mi habitación, pero cuando vio mi cara de confusión se detuvo.

- Esa alarma significa que hay una misión ponte el mono negro que hay en tu armario y baja a la entrada.- antes de que pudiera decir algo cerró la puerta tras de sí.

Miré en mi armario y en efecto, allí estaba un mono negro de cuero con el símbolo de la academia en un lado del pecho. Me lo puse y baje como cinco había dicho.

Cuando llegue al la entrada todos ya estaban allí en fila, al igual que los entrenamientos, el enfado era claro en la cara de Reginald pero hice como si nada y me puse al lado de Ben.

- N°8 luego hablare contigo. Chicos, están robando un banco, así que id y detenerlos.- Nos dio la dirección y salimos todos corriendo. Yo simplemente los seguía porque no tenía ni idea de como llegar hasta allí.

Una vez allí vimos a los periodistas y la policía en la puerta principal, así que fuimos por la parte de atrás. Como Reginald siempre lo tenía todo bien preparado la puerta trasera estaba sin supervisión, por lo que nos resultó fácil entrar.

Fue entonces, por culpa de aquella estúpida misión, que todo el plan se empezó a torcer.
Si tan solo aquello nunca hubiera pasado quizás ahora yo estaría mejor.

Sin razón [Cinco Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora