Cap 19

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Cuando llegamos a la misión Luther se encargó de dividirnos en varios grupos y nos pusimos manos a la obra.
A mi me toco formar equipo con Ben. Esta vez el edificio era algo más pequeño y solamente tenía dos plantas. En la planta de arriba, la más pequeña, estaban Klaus, Luther y Allison. La planta de abajo la repartimos en dos zonas: la zona sur, en la que están las cajas fuertes y lo que solo podian utilizar el personal del banco, y la zona norte, donde estaba todo lo relacionado con la atención al cliente. Ben y yo fuimos a la zona sur, mientras que Diego y Cinco fueron a la zona norte.

Empezamos a revisar las habitaciones abriendo puertas con mi telequinesia para poder entrar a los zonas de acceso restringido, hasta que nos encontramos con una puerta que tenía la cerradura forzada. Compartimos una mirada y a la cuenta de tres entramos sin hacer ruido a la sala. Dentro no había ni una sola luz, todo era negro a excepción del pequeño camino de luz que emergía de la puerta. De repente se escucho como la puerta de cerraba detrás nuestro y de un salto nos pusimos espalda con espalda, aún más alerta si esque era posible. Todo estaba en un silencio sepulcral hasta que, sin previo aviso, el sonido de varias armas disparando inundó la estancia. Apenas tuve tiempo de reaccionar, pero haciendo uso de todas mis fuerzas atrapé telepáticamente todas las balas a centimetros de mi piel, cuando el ruido de armas cesó estiré con fuerza mis brazos haciendo a todas las balas volver e impactar contra los que las habían disparado.

Cuando pude volver a pensar con claridad recordé que no estaba sola en aquella sala, me di la vuelta buscando desesperadamente a Ben, pero note como mis ojos empezaron a cristalizarse cuando le vi.

Él estaba tirado a mis pies, boca arriba, su cuerpo estaba repleto de agujeros de bala desde los pies hasta algunos en su cabeza, en su cara se podía percibir el terror aunque sus ojos estaban vacíos, ya no tenían ese brillo tímido tan común en él. Me arrodille a su lado, las lágrimas empezaron a recorrer mi rostro, mis pantalones negros empezaron a teñirse de granate al entrar en contacto con la sangre de Ben, que comenzaba a formar un charco en el suelo. Me derrumbe encima suyo, apoyando mi cabeza en su pecho empezé a sentir mi pelo húmedo por la sangre pero no me importó, las lágrimas aumentaron en mis mejillas al no sentir su respiración. No podía contenerme, me estaba derrumbando allí mismo y no pude hacer otra cosa que llorar. Las palabras no salían de mi boca, pero en su lugar un gran grito desgarro mi garganta.

No podía creer que de verdad fuese Ben el que estaba allí tirado, él, Klaus y Cinco eran las únicas personas que me habían querido y a las que yo había querido, me destrozaba verle a él, agujereado por tantos balazos.

No era consciente de donde estaba ni de nada más allá del cuerpo inerte de Ben hasta que la puerta se abrió con gran estruendo sacándome de mi estado de shock. Los primeros en aparecer fueron Diego y Cinco, seguidos más tarde por todos los demás.

Cinco tardo pocos segundos en reconocer la situación, los suficientes para que yo me separará del cuerpo de Ben y me pusiera de rodillas, entonces él se abalanzó sobre mí y me envolvió en un abrazo, el cual sirvió de detonador para que mis lágrimas fluyeran libremente empapando su traje, sentía sus caricias en mi cabeza pero yo no podía parar de llorar. Sabía que de haber reaccionando de otro modo podría haber salvado la vida de Ben y aquello me estaba destrozando.

Los demás estaban en la puerta mirando la escena con la tristeza impresa en su cara y unas cuantas lágrimas bajando por sus rostros.

El primero en moverse fue Klaus, que se acercó a Ben lentamente, como si tuviera miedo de que todo aquello fuera real, se arrodilló a su lado y tomó su rostro llorando ampliamente. Sin separarme de Cinco levante la cara para mirar a Klaus y cuando esté encontró mi mirada una rabia inmensa brillaba en sus ojos, una rabia que jamás había visto en él.

- El e-esta muerto. - Su voz era un suave y doloroso susurro, pero se escuchaba perfectamente debido al silencio de aquella sala. - Y todo es t-tu c-culpa.

Aquellas palabras me terminaron de romper lo que quedaba de mi en mil pedazos. Klaus era mi mejor amigo, alguien a quien casi desde el primer momento considere íntimo y sentía que estaría allí siempre que lo necesitará, pero ahora, en el momento en que más lo necesitaba, probablemente el momento más doloroso que había sufrido, ya que nunca había tenido a nadie que no fuese mi hermana antes de llegar alli. En ese momento el me miraba con ojos llenos de una mezcla de odio, desprecio, decepción y tristeza.
No podía seguir así, me intente esconder del mundo entre los brazos de Cinco, que tras las palabras de Klaus me abrazaban aún más fuerte, pero yo sabía que no podía escapar de todo. Aquello era algo que estaba pasando de verdad y lo tenía que enfrentar más pronto que tarde, aunque en ese momento no me sintiera capaz siquiera de caminar.

Sin razón [Cinco Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora