Sin razón [Cinco Y Tu]

Cap 2

Y allí estaba yo una niña de 15 años parada enfrente de la puerta de esa enorme mansión, realmente excesiva a mí parecer, sin saber realmente si me merecía la pena tocar aquella puerta o era mejor volver por donde había venido y asumir las consecuencias. Recordé lo severas que podían ser las consecuencias de echarse atrás y me repetí a mí misma que aquello no era tan malo. Toque la puerta un par de veces y salió a recibirme un extraño mono con ropa bastante elegante y que andaba como una persona corriente. La sorpresa fue nula comparada con la que me lleve al descubrir que también hablaba pero por suerte conseguí no mostrar el más mínimo indicio de asombro.

-Buenas tardes señorita, la puedo ayudar en algo?- Me pregunto aquel extraño ser.

-Estoy buscando a Reginald Hargreeves, y tengo entendido que esta es su dirección.- Dije con un tono amable, intentando no mirar descaradamente a aquel especimen que me parecía tan curioso.

-El señor Reginald no atiende a cualquiera y no sé de ninguna cita pendiente que tenga hoy.- Me contesto.

-Si pero esto es un caso de urgencia, quiero entrar a la Umbrella Academy y si me dejara pasar a verlo le podría demostrar los dones que poseo al igual que los niños que ya están reclutados.- Le dije firmemente antes de que pudiera cerrar la puerta.

Su cara de asombro ante aquellas palabras fue evidente, y pensé si a mí también se me habría notado el asombro cuando lo vi por primera vez hace menos de dos minutos.

-En ese caso espere por aqui - dijo mientras me abría la puerta y me señalaba una enorme entrada llena de objetos que estaba segura de que eran carísimos - le diré al señor Reginald que ha venido una chica llamada...

-T/N Pitts - le dije antes de que pudiera terminar.

El solo asintió y se fue escaleras arriba y lo vi desaparecer por un pasillo que tenía pinta de ser muy largo.

Me quedé allí observando cada detalle de aquella amplia e increíble sala.

Mientras admiraba la lámpara negra con bombillas en forma de llamas que colgaba del techo vi una cabeza asomada por una de las barrandillas del piso superior. Supe que no quería que le viese cuando se escondió rápidamente al descubrir mi mirada sobre el, no pude ver mucho de el solo un pelo ligeramente rizado de un color castaño oscuro. Presupuse que era unos de los integrantes de la academia pero antes de que pudiera decir algo vi como bajaba un hombre alto de barba blanca y un monóculo junto con el mono de antes.

-Asi que tu eres esa que afirma ser tan especial como mis hijos?- dijo él en un tono tan frío que me sorprendió hasta a mí, que estaba tan acostumbrada a ser fría con todos. Yo me limité a asentir. - Bien pues requiero una demostración de eso que me dices si quieres que considere darte el puesto que pides en esta academia.- Me dijo posicionandose al otro lado de una mesa baja con un bonito florero que había enmedio de la entrada.

-Muy bien- le conteste firmemente y en ese instante mis ojos se iluminaron de un verde esmeralda muy profundo y inmediatamente el jarron que había encima de la mesa salió volando y se quedó flotando encima de la cabeza de aquel viejo, me divirtió su cara al ver mis ojos aunque enseguida la cambiase intentado disimular el asombro que había mostrado segundos atrás. Quise darle más emoción al asunto y de repente se escucharon unos ruidos provenientes de la habitación de al lado. Reginald abrió la boca supongo que para preguntar pero antes de pudiera articular palabra seis cuchillos volaron rápidamente y se colocaron a centímetros de su cara.

- Bien señor Hargreeves, que le parecen mis habilidades? - Pregunte con una media sonrisa pícara formada en mis labios.

- Debo admitir que estoy impresionado señorita Pitts- dijo sin apartar la mirada de los cuchillos que aún estaban tan cerca de él - Si me hace el favor de retirar estos objetos le diré a Pogo que te acompañe hasta tu cuarto.

Obedecí poniendo los cuchillos y el jarron encima de la mesa. Asumí que Pogo era el mono cuando empezó a subir las escaleras tras hacerme una señal para que le siguiera.

Lo había logrado, ya estaba dentro de esta casa a la que nadie habia logrado entrar si no vivian allí, y de ahora en adelante yo vivía allí.