Cap 12

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Una vez llegué a el comedor, todos estaban esperandome. Me fui a sentar a mi sitio usual, pero Reginald me lo impidió.

- No n°8, como he visto que pasas bastante tiempo acompañando a Cinco en la enfermería seras tu quien le haga compañía en la cena también. Sube tu cena y la de él, y baja la vajilla sucia cuando terminéis. - Me quedé inmóvil unos instantes, pero cuando fui a agarrar las bandejas con la comida en ellas, Vanya se levantó bruscamente de su silla dando un manotazo a la mesa

- Pero padre! Como puedes dejar que ella lo acompañe? Debería ser alguno de nosotros quién lo haga. Yo no creo que Cinco este a salvo con ella, y tú tampoco deberías. A fin de cuentas ella es sólo una extraña que se presentó aquí hace no tanto. No podemos confiar en ella! - Los ojos de Vanya emanaban una feroz rabia, y yo ya estaba dispuesta a responderle cuando alguien más lo hizo.

- N°7 siéntate de inmediato! Tu no tienes la autoridad para hablarme de una forma tan insolente. Como castigo te quedarás dos horas encerrada con llave en tu dormitorio.

- Pero padre--

-Tres horas! Y será mejor que te calles y te sientes si no quieres que tu castigo aumente. - Ella se sentó sin apartar su furiosa mirada de mi cuando alguien se atrevió a romper el silencio.

- Yo estoy con Vanya. - La verdad no me sorprendió que si alguien salía en defensa de Vanya esa sería Allison, pero me sorprendió más lo que pasó a continuación.

- Si padre, yo estoy con las chicas. - Luther me sorprendió. Esperaba que defendiera a Allison pero no esperaba que englobase también a Vanya.

- Callaros los tres! Estáis castigados como n°7. Ahora n°8 coge las bandejas y sal de aquí.

Agarre las bandejas y me apresure a salir de allí. Subiendo las escaleras escuché alguna voz más alta que otra, pero no volví para comprobar que pasaba. Aquella pelea había sido básicamente por culpa mía pero yo solo corrí hacia la enfermería, lejos de allí.

Al llegar a donde se encontraba Cinco, toque la puerta y escuché un pasa por parte del ocupante de aquella habitación. Empuje la puerta como pude (porque tenía las bandejas en mis manos) y entré.

-¿Que haces aquí? Pensé que papá mandaría a mamá traerme la comida. - Yo solté una pequeña risita por la cara de desconcierto que había puesto al verme con la comida.

- Bueno papá pensó que sería mejor que alguien te acompañe durante la cena, así que aquí estoy.

- Pero por que te mando a ti?

- Bueno me dijo que había notado que había pasado aquí bastante tiempo desde que estás herido y decidió que yo era la más indicada para venir. - Le conteste mientras me sentaba cuando me di cuenta de que no había mesa para dejar las bandejas. - Oye y dónde vamos a comer? No hay mesa ni nada por el estilo.

- Bueno mi comida la apoyaré en mis piernas - dijo mientras me quitaba una de las bandejas de las manos. - Y si quieres tú puedes apoyar la tuya al borde de la cama.

- Está bien. - Acerque la silla, apoye la bandeja y nos pusimos a comer.

No mediamos palabra en casi toda la cena hasta que me empezé a sentir algo incomoda y decidí preguntar.

- Ya te han dicho cuando podrás salir de aquí? - Debí de interrumpir algún pensamiento profundo, porque me miró durante algunos segundos como procesando la pregunta que acababa de pronunciar.

- Emm... Si, mamá me dijo que maña antes de desayunar me haría una última revisión y luego saldría de aquí. - Se metió un trozo de comida en la boca devolviendo su mirada a la comida. - Oye... te iba a proponer que fuéramos mañana a la cafetería, pero que te parece si ahora te enseño yo un lugar nuevo.

- Hay algún lugar que tú conozcas y yo no? - Pregunte divertida recordando lo desorientado que se encontraba la primera vez que fuimos a la cafetería.

- Pues si, probablemente ese sea el único, pero existe.

- Bien don misterioso, pero más te vale que merezca la pena. - Vi como una media sonrisa se formaba la comisura de sus labios mientras volvía a poner su atención en el plató frente a él.

Ninguno dijo nada en el resto de la comida. Cuando terminamos pusimos todo en las bandejas y las cogí para llevarlas a la cocina.

- Bueno pues nos vemos mañana- note como una sonrisa se formaba en mis labios y no sabía porque.

- Va a ser una noche muy aburrida. Pero por suerte será la última aquí. - Me pare en la puerta, le mire y sonreí.

- Adiós Cinco. - No espere una respuesta y me fui.

Cuando lleve la vajilla a la cocina para que Grace la recogiera, me sorprendió ver a Reginald esperandome allí.

- Que tal se encuentra n°5- Su tono era tan seco como de costumbre, pero yo intente mantener un tono por lo menos educado.

- Bien, no sé a quejado más de la herida. Parece estar muy aburrido allí, nada más.

- Bien ya te puedes retirar. Buenas noches.

- Adiós.

Sin razón [Cinco Y Tu]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora