Todo aquello que nunca fuimos ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ

PRIMER ENCUENTRO

-Estoy súper cansada-digo quejándome mientras decido que meter en la pequeña maleta de mano.

Mi hermano se limita a reírse y yo le saco la lengua. Tenemos que coger un avión dentro de tres horas y nosotros aún estamos en el piso haciendo las maletas. Vamos a perder el vuelo, no tengo pruebas pero tampoco dudas. 

-Estamos perdiendo el tiempo, con lo fácil que sería que mamá nos hiciera la maleta con las cuatros cosas que tenemos en Arrecife-se queja Michele cerrando la maleta.

Media hora después estamos de camino al aeropuerto, vamos a contrarreloj, tenemos el vuelo a las seis de la tarde y son las cuatro y media. No me gustan los viajes improvisados como este, resulta que tendríamos que volar mañana pero mi querida tía decidió que quería reunir a ambas familias el día antes y hacer una fiesta antes de la boda. Michele y yo vivimos en Madrid, ambos estamos estudiando periodismo.

Acabamos de aterrizar en Tenerife y nos espera mi padre con una sonrisa de oreja a oreja. Tras unos cuantos abrazos, nos montamos en el coche y ponemos rumbo a la casa rural donde se va a celebrar la boda.

-Están todos deseando veros-dice mi padre en italiano, está demasiado emocionado que sin darse cuenta ha comenzado a hablar en su idioma natal. Mi padre es italiano y conoció a mi madre hace más de veinte años, él vino a las islas de viaje, un día se encontró con mi madre en la playa y se enamoró de ella, tras una vida llena de cambios que sí Nápoles que si Arrecife al final nos asentamos en mi preciosa isla-por cierto, vuestra madre me ha pedido que os comporteis, nada de numeritos ni llamadas de atención-dice esta vez en castellano.

Mi hermano y yo asentimos, soy consciente de que cuando estamos todos los hermanos juntos se nos va la olla y la liamos, aún recuerdo aquella noche donde acabamos en el calabozo. Río al recordar la cara de mi madre al entrar en comisaría. 

-También os informo que está el futbolista que te gusta-dice mi padre girándose para mirarme.

-Especifica, no ves que le gustan todos-se burla mi hermano.

Le doy una colleja y me cruzo de brazos haciéndome la enfadada. Tras intercambiar unos cuantos insultos con mi hermano mi padre nos indica que hemos llegado. El lugar es espectacular. Me quedo anonadada ante tanta belleza que me tiene que empujar mi hermano para que comience a andar. 

-Ciao a tutti-grita mi hermano nada más entrar, todas las miradas se centran en nosotros.

Mi madre se echa las manos en la cabeza y me aguanto las ganas que tengo de decir las chorradas que me vienen a la mente. Saludamos a toda la familia y nos sentamos en un sillón con mis hermanos mayores Damiano y Marco. Charlamos un rato sobre cómo nos va a cada uno en los estudios, hacía más de tres meses que no nos veíamos, en el fondo diviso a Pedri González junto a su hermano, me sale la sonrisilla tonta. Es mi crush lo admito, ese chico es demasiado.

Mi tía que tan solo tiene ocho años más que yo nos reúne a todos en el gran salón por lo que veo deduzco que van a poner el vídeo que le hemos preparado mis hermanos y yo. Violeta, la hermana pequeña de mi madre siempre ha sido como una hermana para nosotros y en especial para mí.

Mi madre me hace un gesto para que sea yo quien hable y yo me muero de la vergüenza, es que me muero y más sabiendo que Pedri está en primera fila, tras unos segundos discutiendo con mis hermanos me levanto y cojo el micrófono.

-Buenasss-digo probando el micro-no me ha quedado más remedio que hablar a mi así que desde aquí les pido perdón-digo observando a todas las personas que hay. Me alegro de que solo sean familiares-bueno tía-fijo mi mirada en mi tía la cual acaba de romper a llorar-está bien que llores porque te aseguro que el vídeo que vas a ver te va a hacer llorar pero de la vergüenza. Desde aquí les pido disculpas a todos en especial a mis padres. Mamá, papá yo no soy así, lo juro-todos se rien ante mis palabras y sin más dilación dejo que pongan el vídeo.

El vídeo comienza con momentos de mi tía con nosotros, sé que la peor parte es la mía y ahora mismo me muero de la vergüenza. Comienza mi parte, ahí no, porque accedí a hacer esto. Salimos mi tía y yo en un primer plano un poco pasadas de copas cantando:
Yo solo te miré y tú me entendiste Cuando las gana' insisten no se pueden aguantar Baby, ya estamo' solos Nadie molesta Cómo me miran tus ojos La bellaquera revienta Baby, hoy te voy a chingar
Los siguientes vídeos son haciendo la croqueta en plena calle, bailando en una barra de pole dance y haciendo el ridículo como de costumbre. Noto todas las miradas en mí y agradezco que mi parte del video desaparezca de mi vista para dar paso a Michele. 

El vídeo acaba y todo el mundo aplaude, mi tía se muere de la vergüenza y su futuro marido se ríe a carcajadas. Me encanta la relación que tienen y tras estar un rato con la familia, nos volvemos a sentar en el sillón y decidimos jugar al típico juego del uno al que.