KARMA

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Jueves y voy muy ajetreada, me he levantado pronto para hacer algo de deporte, pero al final he vagueado más que otra cosa. Tras desayunar y vestirme me dirijo a la uni, tengo cero ganas de ir a clase. Cojo el metro con desgana y cuando llego a la universidad me uno a mis amigas para entrar a clase.

Salimos de clase y vamos a comer al burguer como todos los jueves. Comemos y nos vamos al plató a prepararlo todo. A las seis llega Marina y tras dos horas grabando se marcha. Ha sido muy guay trabajar con ella, es una chica muy simpática y nos lo ha puesto bastante fácil. Mientras Blanca edita el vídeo las demás limpiamos y nos ponemos en contacto con varios famosos. Estamos un poco angustiadas y decaídas, no hemos conseguido cuadrar a nadie para la semana que viene. Lo último que queremos es que nuestro proyecto comience a decaer tan pronto. Sabemos de sobra que es muy difícil contactar con gente conocida.

Una vez recogido todo, invito a las chicas a mi casa, hemos decidido pasar la noche juntas y poder arreglar los desajustes que nos han surgido. Pedimos pizza y mientras nos las traen nos sentamos en el suelo del salón. Marina nos ha proporcionado varios contactos y nos ha comentado que hablará muy bien de nosotras en redes. Le estamos súper agradecidas.

-Yo esperaría hasta mañana, una vez salga la entrevista de Marina y según el apoyo que tenga haría una cosa u otra-propongo.

A mis amigas les parece buena idea y nos ponemos a preparar el guion y a cuadrar a varias personas que nos han confirmado para más adelante.

Llegan las pizzas y decidimos dejar YouTube a un lado y ver una película. Acabamos viendo Titanic, siempre vemos esa película y  acabamos llorando siempre. La película nos lleva a todas las emociones posibles y a pesar de haberla visto más de veinte veces, acabamos llorando a mares.

-Que injusta es la vida-grita Indira a moco tendido.

El final es un robo. Tras criticar el final, como hacemos siempre decidimos que es hora de irnos a dormir. Mañana tenemos clase y una presentación y no nos la podemos saltar. Indira y Sandra duermen en la habitación que tenemos mi hermano y yo libre, y Blanca duerme conmigo.

Voy al baño y me acuerdo de que no he comprado los billetes de tren para mañana.  Me entra el agobio, con la tontería al final me voy a quedar sin ir a Sevilla.  Me lavo los dientes y compruebo que tanto Sandra como Indira están durmiendo o al menos lo están intentando. Me tumbo en la cama y cojo el ordenador, necesito encontrar el billete de tren más barato posible, pero nada para mañana todo es carísimo.

-Mira los vuelos-sugiere Blanca.

Yo asiento y busco y busco hasta que encuentro un vuelo para mañana a las once y media de la noche, ida y vuelta por veinte euros. Ahora solo me falta reservar el hotel, esto me resulta más fácil y sonrío satisfecha. Por un momento creía que no iba a ser capaz de encontrar nada.

***

Me despierto una hora antes de lo normal para darme una ducha. Me relaja mucho ducharme antes de salir y más si es temprano, me ayuda a despejarme. Me pongo música y canto y bailo. Estoy muy emocionada, mañana estaré en Sevilla y estoy ansiosa de ver que pasa. Estoy deseando ver a Pedri. Ahora mismo tengo un cúmulo de emociones que no sabría describir. Siento una felicidad inmensa pero también siento miedo. Todo esto es nuevo para mi y aunque acaba de empezar no quiero que acabe nunca.

Me seco el pelo y voy a la habitación a vestirme. Blanca sigue durmiendo e intento hacer el menor ruido posible. Abro el armario y busco y busco, para la ropa soy muy tiquismiquis. Me gusta prepararme la ropa el día anterior pero casi nunca lo hago. Tengo que pensar en lo que me quiero llevar al viaje también. Al final me decanto por un vestido largo de tirantes color burdeos, con una sudadera blanca por encima y las converse blancas. Me dejo el pelo suelto.

Una vez desayunadas ponemos rumbo a la universidad, durante el trayecto hemos practicado y ensayado la presentación. Para mi gusto la llevamos un poco mal, podríamos haberle puesto más ganas y sobre todo más interés. Las clases transcurren con normalidad y la presentación nos sale mucho mejor que en los ensayos. No es para un 10 pero si para más de siete. Nos damos por satisfechas. Al acabar las clases cada una se va a su casa, yo tengo que limpiar un poco el piso y preparar la maleta. Que el vuelo salga a las once me da bastante margen para poder hacer todo lo que tengo en mente.

Hago la comida y tras recoger y fregar me pongo a limpiar las zonas comunes. Mi hermano y yo nos turnamos, un mes le toca a uno y al siguiente al otro y así sucesivamente. Cada uno se limpia su habitación si o si y su baño. Dos horas después, el piso está reluciente, lo que iba a ser una limpieza rápida se ha convertido en una limpieza a fondo. Son las seis de la tarde, aún tengo tiempo así que decido echarme una cabezadita. Solo me queda hacer la maleta.

A las ocho y media estoy lista para dejar el piso y poner rumbo a Sevilla. Nadie, excepto Blanca, sabe nada. He decidido omitir mi escapada a Sevilla. Mi madre probablemente cuando se entere me maté así que mejor que por el momento no sepa nada. Una vez en el aeropuerto paso el control y me siento a esperar a que anuncien la puerta de embarque. Me he traído un bocata de casa para cenar y he decidido que es el mejor momento para cenar. Ceno mientras veo la entrevista que le hicimos ayer a Marina. Ya está colgada y a pesar de no haber tenido el mismo alcance que la de Blanca Suárez, los números no van mal.

Tengo un mal presentimiento, están tardando mucho en anunciar la puerta de embarque y me desespero. Es la primera vez que viajo sola, siempre lo he hecho en compañía y ahora mismo estoy un poco cagada. Mi móvil suena y es mi madre. Dudo en si cogerlo o no y como no tiene pinta de que vayan a anunciar mi vuelo voy al baño.

-Hola mamá-digo nada más contestar.

-¿Cómo está mi niña?

-Muy bien-disimulo todo lo que puedo.

Tengo que aparentar normalidad, sobre todo eso, normalidad. Si me pongo nerviosa me va a pillar.

-¿Estarás bien sola?-pregunta ante la ausencia de Michele.

-Si mamá estaré bien, no es la primera vez que me quedo sola-miento.

Sé que el karma me va a dar pero bien por mentir, es que lo presiento.

Mi madre habla y habla pero al tranquilizarla finalmente nos despedimos. Salgo del aseo y oigo como anuncian que han cancelado mi vuelo. Maldigo, tenía que pasar. Voy a la oficina de la compañía como han indicado por el megáfono y me dan un vuelo para las tres y media de la mañana. Lo último que me apetecía era quedarme horas y horas en el aeropuerto.  Me siento en una cafetería y saco el portátil, ha sido buena idea echarlo. Me pongo los auriculares y veo una serie mientras me tomo un café.

A las cuatro y media aterrizo en Sevilla y cojo un taxi hasta llegar al hotel. Estoy deseando pillar la cama, me muero de sueño. Una vez en el hotel hago el checking y subo lo más rápido que puedo. La cama me está llamando a gritos. La habitación del hotel está muy bien a pesar de ser la más barata que encontré. Me gusta, es sencilla y cómoda. Me pongo el pijama y antes de caer rendida le mando un mensaje a Blanca indicándole que he llegado bien. También le mando un mensaje a Pedri indicándole que ya estoy en Sevilla. Mis ganas de verle van en aumento, lo vi el martes pero estos tres días se han hecho eternos. Me da miedo pillarme, sí me da miedo, porque sé que es un capricho que nunca voy a tener.

Todo aquello que nunca fuimos ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora