Todo aquello que nunca fuimos ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ

ES UNA LOCURA

-Entonces, ¿todo bien?-me pregunta Fernando mientras caminamos.

Hemos decidido salir a dar un paseo. Necesitaba despejarme un poco y Fer me ha propuesto salir a caminar.

-Sí, todo genial-digo contenta-al final todo se ha arreglado-me encojo de hombros.

Fer me pasa su brazo por mis hombros y me da un beso en la mejilla. A parte del distanciamiento con Pedri, el distanciamiento con Fer me sentó fatal. Me acostumbré a pasar tiempo con él y el no verlo ni tenerlo al lado dolía, dolía mucho.

-Perdóname, tú no tuviste la culpa de nada y te traté como una mierda-lo abrazo.

-Ni te rayes, lo importante es que estás de nuevo con nosotros.

Sonrío y le doy un beso en la mejilla. Seguimos caminando hasta que se hace de noche. Mañana se juegan las semifinales y la verdad estamos nerviosos. Juegan contra Japón, el país anfitrión y desde luego que no va a ser nada fácil.

Caminamos de vuelta al hotel. Quiero sonsacarle a Fer algo sobre Sandra, pero no se como sacar el tema sin incomodarle.

-Sabes, ahora mismo soy la única de mis amigas que está casada-digo a posta.

Fer me mira y yo intento descifrar su expresión.

-¿Sandra lo ha dejado con su novio?-pregunta y yo asiento-Wow.

Sonrío internamente, hace un tiempo me pidió que le buscara pareja, pues ese día ha llegado. Voy a pasar mucho tiempo en su casa así más le vale estar ocupado.

-Sí, bueno se ha dado cuenta de que le gusta otro.

-¿Quién?-pregunta impaciente.

-No te lo voy a decir.

Salgo corriendo ya que quedan pocos metros hasta el hotel. Fernando me sigue y yo me río. Voy esquivando a los japoneses que se me ponen por delante y me llevo alguna que otra regañina por parte de los empleados del hotel.

Me subo al ascensor y respiro. Tengo que mejorar mi rendimiento físico. Recupero el aire. Las puertas del ascensor se cierran y le digo adiós a Fernando con la mano. El ascensor se para en la planta seis y corro hasta la habitación. Estoy a punto de abrir la puerta cuando la madre de Pedri aparece.

-Vamos a cenar, ¿te vienes?-pregunta ella.

-Claro-sonrío alegremente.

Fernando me mira y yo le saco la lengua. Bajo junto a Rosy al bufet del hotel.

-Va dímelo-dice Fer mientras cogemos la cena.

-¿Para qué quieres saberlo?-pregunto dándome media vuelta.

-Sabes perfectamente porque quiero saberlo, no me tortures más-me suplica.

-Vale, cuando acabemos de cenar te lo digo-le guiño el ojo y me siento en la mesa.

-Cabrona-se queja.

Cenamos tranquilamente mientras hablamos de las sensaciones que tenemos sobre el partido de mañana. Todos tenemos confianza en el equipo.

Tras cenar Fernando y yo vamos a mi habitación. Quiere respuestas y yo no estoy dispuesta a dárselas.

-Empieza a hablar por esa boquita-se cruza de brazos y tuerce el morro.

-Sientate-le ordeno.

Fer se sienta en la cama y yo me coloco enfrente de él sentándome en la silla.

-Háblame de tus sentimientos Fernando-digo cambiando el tono de voz.

-Definitivamente, eres tonta-me tira un cojín y yo me río.