-Pero, ¿estás bien?-pregunta Michele tras escuchar mi relato.
Yo me limito a decirle que sí aunque sé que en realidad no estoy bien. Después del beso tan esperado que nos hemos dado Pedri y yo, hemos vuelto a grabar con los demás. Tras acabar todas las tomas he buscado a Pedri, pero ha sido imposible poder hablar. He dejado a mis amigas en sus casas y ahora mismo me encuentro cenando con mi hermano.
-No te entiendo Gigi-sigo a mi hermano hasta la cocina-estás coladísima y te niegas a hablarle.
-No tengo móvil-le recuerdo.
-Eso para mi no es excusa, sabes de sobra que tienes el mío a tu disposición.
Michele está enfadado. Friega los platos con demasiada fuerza. Odio cuando se enfada y más si se trata de mí.
-No estoy preparada para esto-me subo a la encimera y suspiro-es demasiado complicado.
Mi hermano niega con la cabeza. Estoy preparada para comenzar una guerra de egos. Odio que nos parezcamos tanto.
-Non ho capito-suelta mi hermano en italiano.
Tras discutir en italiano cada uno se va a su habitación. Discutir con mi hermano me agota. Ambos queremos tener la razón siempre. Me pongo el pijama y me acuesto a dormir, estoy demasiado agotada como para hacer frente a todos mis problemas.
Me despierto debido al ruido de la máquina de café. El idiota de mi hermano se la ha vuelto a cargar. Camino por el pasillo, descalza y con los ojos medio cerrados. Efectivamente, mi hermano se ha cargado la cafetera. Estamos empate, yo me cargué la lámpara y ahora él, la cafetera. Hago como si no me importara, la bronca de ayer me consumió demasiado. Paso de discutir por una gilipollez.
Como si nada, mi hermano y yo nos ponemos a ver una serie. Si hay algo que nos caracteriza es estar tan tranquilos como si no hubiese pasado nada después de discutir. Todo va bien, hasta que todo me empieza a dar vueltas, siento que la cabeza me va a estallar. Vomito como cinco veces seguidas y me empiezo a preocupar. Me duele demasiado la garganta. Vuelvo al salón y como puedo me siento en el sofá.
-Micky-llamo como puedo a mi hermano-siento que me voy a desmayar de nuevo.
Michele se levanta y me carga en sus brazos. Conduce todo lo rápido que puede hasta llegar al hospital. Esta vez no me he llegado a desmayar del todo. He sido consciente de todo. Me han ingresado nuevamente. Me han dicho que me van a hacer unas pruebas y si todo va bien, mañana me mandan para casa. Mi hermano y yo hemos decidido no decir nada a nadie. No queremos que se asusten. Cojo el móvil de mi hermano para matar el aburrimiento mientras que él se ha ido a comer. Tiene varios mensajes de Fernando y al leer mi nombre en las notificaciones, decido abrirlos.
"Giorgia, me ha comentado mi hermano que esta es la única manera de contactar contigo"
Dudo en si responder o no. No tengo ganas de hablar con él, pero en el fondo él no tiene la culpa de nada.
"Si"
"Mi móvil está roto"
Tarda poco en contestar.
"Me gustaría que vinieras mañana al partido contra Polonia"
Cierro los ojos. No me puede estar haciendo esto.
"No puedo"
Le mando una foto de la pulsera del hospital.
"DIOSSSSS"
"Estás bien??"
"Sí, sí tranquilo, todo controlado"
"Por favor, no le digas nada a tu hermano, quiero que se centre en el partido"
Paso hablando un rato con él y he de decir que me ha tocado la fibra. Me ha convencido, si todo va bien, iré al partido contra Eslovaquia. Le pido que no le diga nada a su hermano, quiero que sea una sorpresa.
***
Los días en el hospital pasan y el martes me dan el alta. Varias pruebas las tuvieron que repetir y al final no fue nada, un simple susto. Mi hermano y yo vimos el segundo partido de España en la Eurocopa en el hospital y la verdad es que me costó que Michele no chillara más de la cuenta. Cuando perdemos o empatamos se vuelve loco.Es martes por la noche, ayer mi hermano fue a comprarme un móvil y lo acabo de poner en funcionamiento. Lo primero que hago es llamar a Fernando.
-Hola Fer, soy Giorgia-digo alegremente.
-Hola guapa-me saluda.
-Solo quería decirte que sí que voy al partido-le informo.
No lo estoy viendo pero estoy convencida de que está sonriendo.
-Gracias-me dice.
-Gracias a ti, solo quería pedirte un favor, sé que voy a ser egoísta, pero quiero que venga Michele conmigo, por lo que pueda pasar. Hoy he salido del hospital y me da un poco de miedo.
-Sin problema-escucho al otro lado de la línea a Pedri y mi corazón se acelera-lo primero es la salud.
Hablamos un buen rato y quedamos en quedar antes del partido. Mi hermano se encarga de pillar los billetes de avión y me voy a dormir enseguida.
Miércoles 23 de julio, España se juega hoy el pase a octavos. Estamos todos demasiado alterados. Acabamos de aterrizar en Sevilla, hemos quedado con Fernando para comer y para pasar juntos el tiempo previo al partido. Estoy muy nerviosa, el corazón se me va a salir del pecho. No he estado tan nerviosa nunca.
Tras comer, nos juntamos con la familia de Pedri y tras pasear largo y tendido llega la hora de entrar al estadio. Estoy a punto de llorar, estoy demasiado nerviosa. La madre de Pedri, que es un amor, me tranquiliza y me cuida como si fuese su hija. Mientras hacen el calentamiento Michele y yo nos quedamos fuera. Necesito que me dé un poco el aire. No estoy preparada. Siento que en cualquier momento me voy a desplomar.
Una vez más tranquila, entramos dentro, el partido acaba de comenzar. Veo a Pedri e inconscientemente sonrío. En un momento que me pilla completamente desprevenida, Pedri mira hacia la grada y nuestras miradas se cruzan. Sonríe y le devuelvo la sonrisa.
PEDRI
Mis ganas de ver a Giorgia hoy son más fuertes que nunca. En el partido contra Polonia, no apareció, pero algo me dice que hoy sí que va a estar aquí. Lo presiento. No paro de mirar a la grada, necesito verla, necesito que ella esté ahí. Y como si mis deseos fuesen órdenes, la diviso al lado de mi hermano sonriéndome. Sonrío, lo único que quiero ahora mismo es que ganemos el partido para que baje al campo y poder besarla delante de todo el mundo. Ella es todo lo que necesito.
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Todo aquello que nunca fuimos ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ
FanfictionUn juego hace que sus vidas se unan. Ella una aficionada, él un futbolista que empieza a despegar. Ella lo consideraba su amor platónico, él se enamoró desde el primer momento en el que la vio. Su relación será como una montaña rusa llena de altibaj...