RÉTAME

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Toco al timbre mientras me observo en la cámara interna del móvil. Por primera vez no estoy nerviosa y siento unas ganas inmensas de estar con él. Tras unos segundos la puerta se abre y aparece Pedri al otro lado.

-Hola-decimos a la vez.

Me acerco y él posa sus manos en mi cintura y nos damos dos besos.  Me invita a pasar y tras de mí cierra la puerta. Diviso a su hermano y lo saludo con la mano.

-¿Quieres tomar algo?-me pregunta un poco nervioso.

-No gracias-sonrío y lo sigo.

La verdad es que me siento cómoda y por primera vez creo que voy a ser yo al cien por cien. Suelo vacilar a la gente que me gusta y se me nota mucho cuando le tiro la caña a alguien. En otra situación estaría horrorizada pero esta vez quiero pasármelo bien.

-¿Me has traído aquí para jugar a la play?-digo riéndome ya que estamos donde él suele jugar a la play.

-No, solo que aquí estaremos más tranquilos-se ríe.

Me siento en una silla y él hace lo mismo, hay una distancia bastante prudencial, muevo la silla y él me cuenta como le va en el Barça y que tal han ido los últimos entrenamientos. Yo le cuento un poco que hago aquí en Barcelona.

-¿Tú harías eso por amor?-me pregunta acercándose a mi.

-Así de pronto te diría que no pero nunca se sabe.

Mi contestación parece agradarle, noto que está nervioso y eso me gusta. Las últimas veces la que estaba hecha un manojo de nervios era yo. Las tornas han cambiado y no puedo estar más encantada.

-¿Tú lo harías por amor?-contraataco.

Me mira unos segundos, mi pregunta lo ha pillado por sorpresa y lo entiendo. Se encoge de hombros y me mira fijamente.

-Depende de si la persona merece la pena-dice y yo acorto la poca distancia que nos quedaba.

Su respuesta me ha pillado por sorpresa, no esperaba que dijese eso. Nos miramos, ninguno dice nada, tan solo se escuchan nuestras respiraciones. Uno, dos tres minutos y ninguno dice nada. Estar así de cerca solo hace que lo que siento por él se avive más y más. Mi corazón va a mil.

-Cada vez que te miro se me viene el juego que hizo que nos conociéramos-dice él apoyándose en el respaldo.

Gracias, gracias por alejarte, creía que en cualquier momento iba a estallarme el corazón y no iba a ser dueña de mis actos.

-¿Quieres jugar?-digo vacilona.

Él asiente y comenzamos a jugar, al principio la cosa es suave, solo nos decimos retos, pero ninguno los realiza. Es divertido ver como reaccionamos ante las proposiciones del otro. Conforme vamos avanzando la cosa se empieza a poner fuerte, yo me río, no quiero que se me note lo tensa que estoy. Una proposición llega a la otra y acabamos de llegar al terreno pantanoso.

-Del uno al que, vienes el sábado a Sevilla a verme jugar la Copa del Rey.

Sonrío estaba deseando que se soltara, me encanta que haya dejado la timidez a un lado. Sé que el no suele ser así pero me encanta que estando conmigo juegue de esa manera.

-Del uno al que, me das un beso-digo a prácticamente centímetros de su cara.

Nuestras miradas se encuentran, mi respiración se agita y la suya va por el mismo camino. Los dos tenemos ganas pero me contengo.

-Del uno al que, te quedas esta noche a dormir aquí-se aleja un poco y sonrío.

Vale, eso si que no me lo esperaba. Me muerdo el labio inferior y me acerco a su oído.

Todo aquello que nunca fuimos ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora