*contiene escenas (+18)*
Me levanto de la cama debido a que Pedri ha salido de la habitación. Levanto la persiana y abro la ventana para ventilar la habitación. Al cabo de unos minutos Pedri vuelve y me rodea la cintura.
-Buenos días guapa-me susurra en el oído.
-Días, porque para bueno ya estás tú-le respondo y le guiño el ojo.
Me coge la mandíbula y me da un fuerte beso en la mejilla. Nos tiramos en la cama y nos pasamos un buen rato sin hacer nada, abrazados y de vez en cuando nos damos algún que otro beso. Hemos oído a Michele con la novia por la cocina y no queremos coincidir con ellos. En cuanto escucho silencio y la puerta de la habitación de mi hermano cerrarse, salimos a desayunar.
-¿Qué te apetece?-le pregunto a mi niño mientras abro la nevera.
-Lo que haya, me adapto-dice poniendo la mesa.
-Hay de todo, mi madre antes de irse se trajo el Mercadona entero.
Al ser sábado a mi me gusta guarrear y comer bollería, Pedri pone mala cara pero al final lo acabo convenciendo. Desayunamos donuts y napolitanas mientras planificamos el día. Mañana se va a Tegueste con su familia y no se cuando lo volveré a ver. Lo que sí sé es que vuelve a Madrid para entrenar, pero entre lo ocupado que va a estar y yo con los exámenes vamos a tenerlo difícil. Ya me estoy permitiendo muchas cosas, lo bueno es que los primeros exámenes los llevo mejor que los últimos.
-¿Nos quedamos aquí o salimos a dar una vuelta?-me pregunta Pedri mientras recogemos la mesa.
-Me da igual, quiero disfrutar de ti-digo subiéndome en la encimera.
Tiro de su camiseta hasta colocarlo entre mis piernas y uno mis labios a los suyos. Pedri de una patada cierra la puerta de la cocina y pasa sus manos por mi espalda colándose por debajo de la camiseta. Mis manos viajan a su cuello y lo atraigo todo lo que puedo hacia mí. Mi boca se mueve desesperadamente, solo de imaginarme el tiempo que voy a pasar sin él me pongo mala. Se ha convertido en mi adicción.
-Muy activa estás tú hoy-dice separándose de mí.
-Y más activa que me voy a poner-alzo las cejas y sonrío pícaramente.
Se ríe y se saca la camiseta. Nuestros labios se vuelven a unir y mis manos recorren su abdomen. Acaricio cada centímetro de su abdomen y me detengo en la goma del pantalón. Paso mis manos por su cuello y me dispongo a recorrer su tez. Su piel me atrapa, me pasaría horas y horas acariciando cada surco de su piel. Pedri pasa sus manos por mi pelo y me atrae con fuerza hacia él. La llama se aviva entre nosotros. Comienzo a jadear mientras que él recorre mis labios con su lengua. Nos miramos indirectamente a los ojos y ambos sonreímos. Me quito la camiseta dejando todo mi pecho al descubierto. Pedri se relame los labios para a continuación pasar su lengua por mis pechos. Arqueo la espalda y gimo, su lengua me excita enseguida y mis pezones reaccionan. Traza besos hasta el pantalón, tira de él llevándose consigo las bragas también. Me hallo completamente desnuda frente a él, encima de la encimera de la cocina esperando a que me haga maravillas. Sigue el trazo de besos hasta llegar a mi intimidad.
-Tenemos una cuenta pendiente-suelta él mirándome a los ojos.
Lo miro extrañada, pero enseguida recuerdo la paja que le hice en la ducha de su casa y sonrío.
Su lengua pasa una y otra vez por mi vagina. Arqueo la espalda ante la sensación de placer que siento ahora mismo. Quiero gritar pero me contengo, mi hermano y la rubia que tiene como novia están en casa y lo último que quiero es que nos pillen en un momento tan íntimo.
Nuestras bocas se vuelven a unir, le bajo los pantalones y acaricio su erección por encima de los boxers. No creo que aguante mucho más así.
-Llévame a la locura-digo desesperada.
Pedri me mira y se baja los boxers para acto seguido introducir su erección dentro de mi. Sus movimientos son bruscos y yo como puedo me sujeto en la encimera. Es la primera vez que los hacemos tan duro, entra y sale de mi con una brusquedad impresionante, nos llenamos de placer mientras nos miramos directamente a los ojos. Ambos llegamos al paraíso y en cuanto sale de mí apoya su frente en la mía. Con los ojos cerrados solo se escuchan nuestras respiraciones agitadas. Nos quedamos unos minutos en silencio, recuperando la respiración y mirándonos a los ojos.
Me bajo de la encimera y camino hasta el baño, entramos y cierro la puerta. Nos duchamos juntos entre risas y bromas. Me gusta muchísimo y sí, estoy enamorada de él. Me siento idiota cuando lo miro, me quedo embobada. Es perfecto. Es todo lo que quiero en la vida. Ha conseguido llevarme a la locura y no solo en el ámbito sexual. Ha sacado de mí de donde no había donde sacar. Me he abierto a él y me ha hecho experimentar cosas que nunca antes había sentido.
Cubre mi cuerpo con una toalla y sonrío. Como cual niña pequeña enrollada en la toalla, miro como se viste para acto seguido hacerlo yo también. Me pongo unos vaqueros wide leg con rotos en las rodillas y un top naranja atado al cuello y a la espalda. Me dispongo a secarme el pelo, pero se ofrece voluntario. Cojo el móvil y grabo este momento. Es simplemente maravilloso. Lo subo a mejores amigos y sonrío.
Hemos decidido ir a los recreativos y a la bolera. Sabemos que habrá gente, pero nos da un poco igual. A pesar de negarnos en rotundo al final hemos invitado a Michele y a Irina a venir con nosotros.
Nos montamos en el coche y ponemos rumbo a los recreativos. Irina me saca de quicio, no la aguanto. Lo siento, pero no. Mi hermano es el que conduce y Pedri va de copiloto, por tanto Irina y yo vamos detrás. Cierro los ojos mientras ella no para de hablar de ella. Me sabe mal por mi hermano pero estoy deseando que se acabe el curso para que se vuelva a Rusia. Michele tiene el don de buscarse novias que me caen fatal.
Antes de todo, paramos a comer en el Ginos. La comida va tranquila y nadie nos molesta, hemos venido a la una para pillar el primer turno. Queremos pasar toda la tarde en los recreativos y en cuanto se empiece a llenar, irnos. Hemos decidido ir después al cine y luego cenar en casa.
Disfruto muchísimo de la tarde y Pedri y yo ganamos en todo. A este chico se le da bien todo. Hemos tenido varias paradas técnicas, que si una foto por aquí, que si una foto por allí, pero al estar acompañada no me he sentido tan desplazada.
Acabamos de llegar a casa y mientras llegan las pizzas nos cambiamos de ropa.
-No ha estado mal, ¿no?-me pregunta Pedri dándome un beso en la frente.
-Me lo esperaba peor, ha estado bien. Cuando Irina no habla de ella hasta me cae bien-bromeo.
Pedri asiente y se ríe. Me tiro encima suya, lo abrazo y enrollo mis piernas en la cadera.
-No-le doy un beso en la mejilla-te-le doy otro-vayas-otro-no creo que aguante a la rusa dos semanas seguidas-me quejo.
-Llama a tu madre-dice riéndose.
-Lo he pensado, pero no soy tan mala.
Nos reímos y salimos al escuchar el timbre. Cenamos los cuatro mientras intercambiamos varias anécdotas. Irina abre los ojos como platos al enterarse que mi niño es futbolista. No soy celosa, nunca lo he sido, pero me he dado cuenta de como la rubia se pegaba a mi platanito más de la cuenta. Por el interés te quiero Andrés. Mi hermano lo ha notado, sé que está cabreado. Mañana vamos a tener una buena charla él y yo. Le voy a decir todo lo que pienso, le guste o no. Siempre lo hago, soy muy sincera. Para disgusto de Irina, me llevo a Pedri a la habitación. Ver a mi hermano así me pone mala así que he apartado a mi bombón canario de la rusa. La puerta de la calle se cierra de un portazo y espero a que Michele se tranquilice para hablar con él. Lo último que quiero es llevarme yo de gratis una bronca que ni busco ni quiero.
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Hello!!! Hoy solo subiré este capítulo, espero que os guste muchísimo!!! Muchísimas gracias por todo el apoyo que le estáis dando a esta novela!! Os adoro♡♡
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Todo aquello que nunca fuimos ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ
FanfictionUn juego hace que sus vidas se unan. Ella una aficionada, él un futbolista que empieza a despegar. Ella lo consideraba su amor platónico, él se enamoró desde el primer momento en el que la vio. Su relación será como una montaña rusa llena de altibaj...