AGOBIO

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Pedri sonríe y me besa la mejilla. Por primera vez en mi vida, he confesado mis sentimientos sin sentir miedo. Le he confesado que me estoy enamorando y me siento de maravilla. El nudo que sentía poco a poco aprieta menos. Pedri está consiguiendo que poco a poco me suelte y me libere de todo lo que tengo guardado.

***

El jueves pasa volando. Por la mañana estudié mientras Pedri iba a ver a algunos compañeros que estaban en la capital. Mi madre me sorprendió al decirme que se volvía a Lanzarote. Mi estado de salud está muchísimo mejor y la compañía de Pedri ha hecho que vuelva a sentirme viva. Por la tarde también estudié. Mientras Pedri se limitaba a mirarme. Fue bastante gracioso estudiar con una persona al lado haciendo el payaso todo el rato. Desconocía por completo esa faceta suya y he de decir que me encanta.

Es viernes y estoy cagada de nervios. A las seis de la tarde tengo el primer examen del segundo cuatri. Lo llevo bien, me lo sé todo desde la primera palabra hasta la última, pero es inevitable estar tranquila. Cuando tengo examen paso un día fatal. Luego es sentarme en la silla y los nervios desaparecen. Hubiera deseado hacer el examen a primera hora de la mañana pero no ha podido ser. No me gusta hacer los exámenes por la tarde, sufro más tiempo del que debería. Me he levantado pronto y he aprovechado para darme una larga ducha, nos hemos despedido de mi madre y la hemos acompañado al aeropuerto. En casa le he dado el último repaso al tema y ahora me dispongo a ir a la universidad. He quedado allí con las chicas, vamos a comer allí y a dar un último repaso colectivo. Aparco el coche y camino hasta donde está Sandra. Nos reunimos con Indira y Blanca y comemos sin prisas. Como siempre nos pasamos el rato hablando y no nos da tiempo a repasar. Yo lo agradezco, no me gusta mirar los apuntes justo antes del examen, siento que no retengo y se me olvida.

Dos horas después acabo el examen. Estoy súper contenta, me ha salido genial. Me despido de mis amigas y voy directa a casa. He quedado con Pedri para ir a cenar. De que llego a casa se hacen las ocho y media y justo cuando estoy en el portal le pego un toque.

-Guapísima-dice él entrando en el coche dándome un beso en los labios-¿qué tal el examen?

-¡¡¡Súper bien!!! Estoy súper contenta-grito eufórica.

Pedri sonríe y me coge la cara con las manos para darme un fuerte beso en la mejilla.

-Esa es mi niña-me libera de sus manos y me dispongo a arrancar el coche-. Venga que en nada somos los nuevos Iker Casillas y Sara Carbonero.

Me río ante su comentario.

-Espero que acabemos mejor que ellos-Pedri asiente.

Pongo música y comienzo a cantar a pleno pulmón, al principio mi niño escucha en silencio pero al final consigo que cante conmigo. 

Llegamos al bar y por suerte la mía hay un sitio para aparcar. Bendita suerte. Hoy hemos decidido ir más de tapeo. Así que entramos al bar y enseguida nos dan una mesa. Como ya es costumbre, la gente se acerca, sobre todo niños, a pedirle fotos y autógrafos a Pedri. Yo estoy por proclamarme fotógrafa oficial. Mi niño se hace fotos con cada una de las personas que se acercan y un camarero nos lleva a un sitio más reservado. Cosa que agradecemos, la intimidad es una cosa que cuando salgo con él, echo de menos. Pedimos cinco tapas y disfrutamos de la soledad.

-¿Te vas el Domingo a Tegueste?-pregunto mientras le echo agua en el vaso.

-Si, puedes venirte si quieres.

-Ojalá pudiera.

-Los exámenes, se me había olvidado, lo siento-pone cara de pena y yo sonrío.

Nos llegan las tapas y cenamos tranquilos hablando de las vacaciones que nos vamos a pegar los dos solos en cuanto podamos. Barajamos varios lugares, pero no nos ponemos de acuerdo.

-Quizás nuestro próximo destino sea Tokyo-digo haciendo referencia a los Juegos Olímpicos.

-Ojalá.

Hablamos sobre los juegos, Pedri tiene demasiada ilusión, todo esto le está pasando con dieciocho años. Gracias a su familia mantiene los pies en la tierra, tiene un alma muy pura, otro en su lugar ya estaría en las nubes.

Acabamos de cenar y tras pagar salimos del bar. Otra vez el sin fin de fotos. Una y otra vez me toca hacer de fotógrafa. A Pedri le gusta pero a mi me agobia. Todo esto me viene grande. Agradezco haber aparcado en la puerta del bar y en cuanto todo el mundo tiene su foto nos montamos en el coche. Conduzco despacio y cuando estamos parados en un semáforo, un par de niños se acercan al coche. A mi estas cosas me dan mucho miedo. Pedri baja la ventanilla y se hace un par de fotos.

-No me acostumbro-me quejo-me agobio enseguida.

-Te entiendo, al principio a mi me pasaba.

Me comenta como fue la primera vez que le pidieron una foto y como ha ido evolucionando. Dudo que yo me acostumbre a esto, pero por él lo aguanto todo. No me voy a privar de salir con él por esto.

Llegamos a casa y nos encontramos a mi hermano con Irina.

-Hola-saludo a la chica rubia que me mira de arriba abajo.

-Irina, mi hermana Giorgia, Giorgia, mi chica Irina-le doy dos besos a la rubia y ella me sonríe.

-Él es Pedri-digo y sinceramente no se como presentarlo.

Irina asiente y le da dos besos.

La situación es bastante incómoda, Michele me mira y yo le miro a él y por primera vez en nuestra vida no sabemos lo que piensa el otro. Busco a Pedri con la mirada y este se encuentra mirando al suelo.

Durante media hora hablamos los cuatro animadamente en el salón. La Irina esta no me da buena espina. Me cae mal.

-Ya puedes respirar tranquila-dice Pedri cerrando la puerta de mi habitación.

-No aguantaba más-me tiro en la cama y él se coloca delante de mi-no la soporto.

Pedri se ríe, a él tampoco le ha caído bien. Lo peor de todo es que ahora que mi madre no está, va a estar danzando por aquí.

-Olvídate de ella-dice mi platanito tirando de mi hasta ponerme de pie.

Me besa suavemente y yo enredo mis manos en su pelo. Caemos en la cama y nos besamos sin parar. Acabamos haciéndonos en el amor dos veces. Este chico consigue llevarme a la locura.

Todo aquello que nunca fuimos ▪︎ PEDRI GONZÁLEZ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora